Me han matado. A todos nos han matado. Estoy segura que más de uno aunque llevamos toda la semana oyendo noticias horrorosas, las tarjetas de Caja Madrid, el ébola, lo de Cataluña… cuando oísteis que la fábrica de Fiesta cerraba, se os encogió un poco el alma.
A mi, de golpe me llegaron recuerdos de infancia. Fiesta está ligada a la infancia de muchos, no de los niños de ahora, de los de antes, los nacidos entre los 70-90 seguramente. Que te comuniquen que la marca Fiesta desaparece, como poco te hace sentir nostalgia de esa época. Cuando los caramelos estaban bien repletos de azúcar, los chicles con sabor a Sandía, los freskitos, las piruletas de corazón.
Yo aún recuerdo su fábrica. Es uno de los muchos recuerdos de infancia que tengo bien grabado. Nos llevó el colegio de excursión a ver la fábrica de Fiesta. Creo que no ha habido una excursión mejor que esa, recuerdo las maquinas girando llenas de caramelos que se iban envolviendo automáticamente, una masa gigante de chicle que subía y bajaba mientras la rociaban continuamente de azúcar. Recuerdo el olor, a fresa ácida, a azúcar. Y para finalizar la visita nos regalaron una bolsa de chuches, ¿Qué más puede pedirle un niño a una excusión? La felicidad absoluta. Y esa felicidad fue tan plena que la recuerdo y la mantengo fresca en mi memoria. Aunque hayan pasado más de 20 años.
Según la marca, siguen operando y produciendo caramelos con normalidad, pero el proceso de liquidación ya está abierto.
Fiesta, S.A. está ubicada en la localidad madrileña de Alcalá de Henares, en una parcela de 26.800 metros cuadrados, donde prestan servicios actualmente 145 trabajadores. La compañía, se hizo famosa con marcas como Kojak, Freskito, Lolipop y Tico Tico. Tiene un volumen de negocio aproximado de 20 millones de euros y destacada presencia en los mercados internacionales.
Pero Fiesta irá a la liquidación a petición propia ante la imposibilidad de cumplir el convenio de acreedores aprobado. Eso no significa que no llegue alguien y la compre, manteniendo la marca y con suerte todos los puestos de trabajo.
¿Pero qué ha pasado para llegar a esta situación? Quien lo sabe. Según la marca los niños ya no comen caramelos.
Pues seguramente. Yo hablaba el otro día con unos amigos y recordábamos los recreos del colegio con la famosa “bollería industrial”. Nos poníamos morados de cuernos de chocolate, triángulos de crema, donuts bombón. Todos los días. Los vendían en el recreo y ahí estábamos todos, comiendo bollería y al salir del cole, todos al kiosco a comprar algún regaliz o alguna chuche. ¿muchos niños gordos? Pues no, creo que hay más ahora. Estoy convencida que era porque no parábamos.
¿Y ahora? Ni de broma. Bueno, bueno, si llevo yo a mi hijo bollería para el recreo todos los días, me quitan la custodia seguro.
Y las chuches, tampoco están de moda. Antiguamente, en mi cole cuando era el cumple de alguno de la clase, se llevaban bolsitas de chuches. Recuerdo hacerlas con mi madre en casa y llevarlas con un lacito que la profesora repartía a la salida comentando que era por «el cumple de fulanito”.
¿Y ahora? Ni de broma. Aún tuve que soportar yo la charla de una madre histérica en la reunión del cole, para que prohibiesen la entrada de cualquier chuche al patio porque su hijo había comido alguna y ella es de la liga “anti productos químicos para los niños menores de 10 años” o no sé que rollo.
Conclusión, en el cole de mi hijo, no se pueden llevar chuches para celebrar el cumple de nadie. Mejor dicho, no se pueden ni llevar las invitaciones de cumple, no te digo más, no vaya a ser que los niños saliven pensando en las chuches. Que sean los padres quien decidan si su hijo puede ir a una fiesta repleta de azúcar o se quede en casa comiendo zanahorias.
Así que después de pensarlo, puede que Fiesta tenga razón. Los niños ya no comen caramelos.
¿Qué opináis? ¿Es cierto que los niños ya no comen caramelos?
Soy de pueblo, y después de la misa del domingo (que van la mayoría de los niños), se van a comprar las chuches, como es la costumbre de toda la vida.