No siempre es fácil decir las cosas. Hay veces que incluso con las personas con las que más confianza tenemos, nos cuesta decirles alguna cosa o no sabemos cómo decírsela. Pues si esto pasa con gente de confianza, entiendo que con compañeros de trabajo, o peor aún, con el jefe, la cosa se complica mucho más.
Tú lo ves muy claro, está delante de tus narices, pero parece que la otra parte no lo ve tan claro. Hay que decirlo, si no lo haces, al final, por una cosa o por otra, será peor para ti. ¿Qué podemos hacer para decir a la gente cosas que tal vez no quiera oír? Ante todo, diplomacia y mucho tacto. ¿Qué puedes hacer para decirle a la otra persona aquello que no quiere oír?
Conocer la verdadera historia de todos los involucrados. Ante todo hay que tener todas las versiones de los hechos antes de decirle a alguien eso tan importante. Lo mejor es sentarse con cada una de las personas que puedan estar involucradas. Haciendo las preguntas adecuadas, podrás enterarte de todo lo que haya pasado realmente.
Garantizar el anonimato de las fuentes. Hay personas que pueden tener miedo a hablar por las posibles represalias que pueda haber. Sobre todo si de quien tienen que hablar mal es del jefe. En este caso, garantiza que su nombre no va a salir.
Hazlo bien. Tómate tu tiempo y asegúrate de que las conclusiones a las que llegas son las correctas antes de decírselo a la otra persona. Si hay una pequeña posibilidad de que te equivoques, la confianza que tienes en ti mismo, se desmoronará en un abrir y cerrar de ojos.
Se correcto. En todo momento, incluso si notas que el receptor está emocionalmente alterada, no te rebajes a su nivel. Mantén la calma. Evitarás más tensión.
Escoge bien tus palabras. Hay muchas formas de decir las cosas y contestar en positivo a determinadas preguntas comprometidas, siempre ayuda. Generalmente es mejor dar una explicación que contestar con un «Sí» o «No».
Ponte en el lugar de los demás. Seguro que muchas veces has dicho eso de: «ponte en mi lugar». ¿Haces tú lo mismo?Una parte de importante de saber cómo decir las cosas sin ofender es tener en cuenta la psicología y situación de nuestro interlocutor, y para ello no hace falta hacer un sesudo análisis, si no disponer de esa maravillosa capacidad humana llamada empatía.
Ve de frente. No des rodeos. Si tienes algo que decir, te tienen que entender. Si para decir algo tienes que dar muchos rodeos, posiblemente tu mensaje no llegue claro. Recuerda que lo que tú quieres es que vean la realidad, así que… al toro!
Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír. (George Orwell)
¿Te cuesta decir las cosas?