Por suerte o por desgracia no todos somos iguales y por tanto, nuestros jefes tampoco lo son.
¿Qué tipo de jefe te ha tocado a tí? Desde el portal INC enumeran siete perfiles más comunes de los jefes que alguien puede encontrarse en una empresa:
- El que no interviene. Es aquel que está satisfecho de dar libertad y flexibilidad a sus empleados. Es un perfil que no interferirá en los proyectos, pero que, a su vez, es posible que dé unas directrices limitadas de cómo empezar. Considera que todos los trabajadores darán lo mejor de sí con la mínima intromisión. Sin embargo, cabe destacar que con este tipo de jefe uno deberá tener en cuenta que la comunicación es fundamental. Ante cualquier duda o problema lo mejor será hablarlo y expresar la propia opinión. Por eso, tratar o no con estas personas, seguramente, quedará en manos del empleado.
- El disparador. Es un tipo de persona que está desesperado por subir de rango en la escalera corporativa y únicamente se centra en cómo su trabajo le hace quedar a los ojos de sus superiores. Puede ser narcisista y egoísta y incluso es posible que se crea con poder sobre los demás. Tiene un carácter dominante e inflexible, motivo por el cual podría imponer reglas estrictas y plazos de entrega limitados a sus subordinados. Hacer frente a este perfil resulta complicado, una táctica es tratar con él es expresarle cómo este estilo de dirección afecta sobre las capacidades de trabajo.
- El micromanager. El micromanager es aquel que le gusta profundizar en los detalles y tiene tendencia a decir a los demás qué hacer y cómo deben hacerlo. No suelen atender a opiniones externas, de modo que es probable que por mucho que se les exprese, ellos mantengan su propia posición. Para lidiar con ellos es mejor mantener la distancia con aquellas tareas que más le apasionan, darles feedback sobre los proyectos y tratar de construir una relación con la máxima confianza.
- El compañero. Responde al tipo de persona que quiere ser tu amigo en el trabajo. Siempre saluda, es amable y alegre, no establece plazos de entrega estrictos y cuando da feedback lo hace de la manera más suave posible. Con él, es posible conseguir flexibilidad en las tareas. Sin embargo, el feedback que aporta es poco constructivo para mejorar las habilidades personales. Para evitarlo, será necesario pedirle más información directamente e incluso trabajar para establecer en uno mismo más límites y directrices.
- El cazador de objetos brillantes. Es un tipo de persona que empezará la semana exigiendo unos objetivos y a lo largo de los días irá cambiando de opinión. Por ejemplo, si ve que una aplicación está teniendo éxito querrá invertir esfuerzos en ella, hasta que aparezca otra novedad y así constantemente. Son personas con una gran cantidad de energía, pero que cambian con demasiada frecuencia de prioridad. Puesto que para desempeñar correctamente el trabajo es difícil lidiar con cambios constante, el mejor enfoque es comunicarse con frecuencia acerca de sus prioridades, invertir esfuerzos cuando esté seguro de cuál es su objetivo y, sobre todo, no tomarse estos repentinos cambios como algo personal.
- El apático. Este jefe comparte algunas similitudes con el jefe de la no-intervención, pero éste es algo más destructivo en sus procesos. Si bien el que no interviene intenta capacitar a sus empleados dándoles más libertas, el apático no se preocupa por su trabajo. Por eso, resultará muy difícil comunicarse con él y recibir algún tipo de feedback o consejo. Lo mejor aquí es el intercambio de ideas entre los compañeros para nutrirse de información.
- El equilibrado. Tal y como describen en el portal, se trata del tipo de jefe más raro con el que uno puede encontrarse, pues encarna muchas cualidades a la vez y, además, es capaz de mantenerlas de manera equilibrada. Dará a sus empleados flexibilidad, será accesible sin cruzar la línea profesional y cambiará de opinión sin perder de vista los objetivos iniciales. Por eso, este perfil es seguramente el mejor con el que un empleado puede encontrarse en una empresa.
¿Está tu jefe entre estos?