Hay personas a quienes el trabajo les desborda. Tienen muchísimo trabajo y pasan horas y horas en la oficina y aún así, no acaban con todo lo que tienen que hacer. Al final, mucha de esta gente, cansada ya de estar tantas horas en el puesto de trabajo, opta por llevarse el trabajo a casa.
Una cosa es que esto sea algo puntual, hay un pico de trabajo, o bien tenemos que entregar un importante proyecto dentro de poco tiempo… Lo malo es cuando esto se convierte en una costumbre. Aquí deberíamos plantearnos alguna cosa: o bien no aprovechamos bien nuestras horas en el trabajo, o bien realmente tenemos tanto trabajo que con una sola persona para realizarlo, no es suficiente.
Por otra parte, también hay personas que son adictas al trabajo. Su vida gira en torno a su trabajo. Por suerte, es una adicción que se puede tratar.
Las nuevas tecnologías también han propiciado que nos llevemos trabajo a casa. A casa y a cualquier parte. Personalmente tengo una amiga que es adicta a su Blackberry: estamos tomando algo y suena un pitido, lo mira y si no es importante, lo deja, pero como sea importante, se pone a contestar: «espera, es solo un momentito» ¿No os ha pasado nunca? Esto me recuerda a esos tiempos en los que no existía el teléfono móvil y conseguías quedar con la gente por el fijo. En cambio ahora, parece que para quedar necesitas una media de 3 llamadas al móvil y unos 10 whatsapp…
En cualquier caso, llevarse trabajo a casa implica romper con nuestra vida social, en pareja, familiar…, así que no permitas que se convierta en una costumbre. ¿Cómo hacerlo?
Se consciente de la importancia de tu vida personal
La vida consiste en algo más que en trabajar. Si te llevas el trabajo a casa no disfrutarás de tus aficiones, familia o amigos. Con el paso del tiempo esta situación se puede complicar afectando a tu estado de ánimo y productividad dentro de tu empresa. Recuerda que trabajar más horas no significa más productividad, además de que puede tener graves consecuencias para la salud. Disfruta de tu tiempo de ocio.
Si planificas las tareas que tienes que hacer durante la semana será más fácil que las puedas distribuir a lo largo de los días. Estructura día a día qué es lo prioritario y cúmplelo. Tener a mano una agenda o un sistema de alarmas en mail, te puede ayudar mucho.
Descansa
Ya hemos hablado muchas veces de la importancia de tomar breves descansos a lo largo de la jornada. De esta forma podrás volver a trabajar con mayor motivación y más productivo, ya que tendrás la mente más despejada.
Habla con tu jefe
Si a pesar de todo, no consigues hacer todo tu trabajo a lo largo de la jornada laboral, habla con tu jefe. Tal vez pueda designarte a alguien para que te ayude, o en alguna ocasión, alargar los plazos de entrega. Cualquier cosa con tal de no llevarte trabajo a casa.
Y tú, ¿te llevas habitualmente trabajo a casa?
En la vida muchas veces hay que elegir. Para mi lo primero fue mi carrera y sí, me llevaba trabajo a casa, pero lo hacía gustosamente, hasta que me quemé y decidí que mi vida era mucho más importante que mi trabajo (sabia decisión). Ahora trabajo, y me voy todos los días sin trabajo a mi casa y prácticamente sin preocupaciones. Eso sí, cobro menos. Cada uno que valore lo que quiere.