La confianza! Para muchos es muy difícil confiar en otros, pero es que a la hora de trabajar, no te queda más remedio que confiar en tu equipo. Si este primer paso ya lo has dado, has avanzado mucho, pero ahora, también tienes que aprender a delegar. Eso ya no es cosa de tu equipo, es cosa tuya.
Imagínate que eres de esas personas que cuenta con alguien que le gestiona una gran parte de su trabajo, como el correo, las llamadas…, tienes que saber gestionarlo. ¿Hasta dónde quieres delegar?
Lo primero de lo que tienes que estar seguro es de que va a ser una persona discreta. Si quien va a gestionar tu agenda es la «portera» de la empresa, olvídalo. Tiene que ser alguien muy, muy discreto, que no vaya contando por ahí lo que ocurre en tu vida laboral (ni personal, claro).
La relación personal que puedas tener con esa persona, también es importante. Todos somos muy profesionales y decimos que sabemos separar perfectamente lo personal de lo profesional, pero en muchas ocasiones, no es así, es difícil conseguir esto, de ahí que tal vez para este puesto no sea lo más indicado que contrates a tu primo o a tu sobrino. Es duro decirlo, pero alguien de fuera que no te conozca a nivel personal, tal vez sea más adecuado.
Una vez que tienes claro que necesitas que alguien te eche una mano con tu agenda
- ¿Qué es lo que vas a delegar? es decir, hay que tener claro en qué consiste la tarea que vas a delegar. Fija los objetivos claramente. Si tú no lo tienes claro, imagínate un tercero.
- Elije a la persona adecuada. Para esto, puedes elegir a la persona mejor cualificada con la que sabes que obtendrás un beneficio, o puedes elegir a otra persona que se beneficiará de todo lo que aprenda y tú puedas beneficiarte posteriormente.
- Delega toda la responsabilidad. Esto no significa que te vayas a desvincular del proyecto, pero sí significa que el resto de las personas involucradas, sepan que no eres tú quien lleva ese proyecto, si no la persona en quien has delegado y es a esa persona a quien se tienen que dirigir para que les resuelva cualquier duda. Conseguirás que los empleados se sientan más involucrados con el proyecto, aumentará la confianza en sí mismos y por tanto, su motivación. Deja que sea la persona en quien has delegado la que elija el cómo hacerlo. Puedes sugerir una guía, pero no deberías imponerla.
- Explica bien lo que tiene que hacer. Tienes que dar toda la información de la que dispones, no te quedes nada para ti, porque si no el trabajo no saldrá bien.
¿Confiarías en alguien para que lleve tu agenda?