Estos días ha saltado la noticia en Italia del policía municipal Alberto Muraglia, quien acudía a su puesto de trabajo vestido en paños menores y, tras fichar, se iba a su casa.
Otro caso muy reciente que ha escandalizado es el del Museo de Artes y Tradiciones en Roma: nueve funcionarios fueron suspendidos porque fichaban y luego se ausentaban del trabajo. Los casos que han alarmado a la opinión pública son muy numerosos: entre los más llamativos está el de los policías municipales de Roma: en Nochevieja «se fugó» el 83,5 por 100, que se dieron de baja por enfermedad.
En España, según los datos publicados por el INE las ausencias al trabajo por enfermedad, accidente o incapacidad temporal sigue incrementándose y se aleja de los mínimos registrados durante la crisis. En concreto, en el último trimestre del año pasado cada semana el 2,11% de los ocupados no fue a trabajar por una baja temporal, una cifra que supera en 0,7 décimas la registrada en el mismo periodo de 2014 y lejos del 1,79% registrado en el año 2012.
Como es habitual, a excepción del tercer trimestre de 2011, las ausencias al trabajo, tanto justificadas como no, son superiores entre los empleados públicos que entre los asalariados del sector privado, con un 2,57% y un 2,09%, respectivamente.
No obstante, el colectivo con un menor absentismo siguen siendo los trabajadores por cuenta propia, entre los que las ausencias representan el 1,7% del total.
En volumen absoluto, cada semana unas 380.000 personas no acudieron a trabajar por una enfermedad, accidente o incapacidad temporal.
El IV Informe Adecco sobre absentismo calcula que cada año el absentismo supone unos costes directos de 4.768 millones de euros a la Seguridad Social por prestaciones económicas y de 4.503 millones a las empresas por el abono de la prestación en los primeros días de baja.
Según dicho informe, es importante la inclusión de instrumentos de conciliación que promuevan que los trabajadores con necesidades en torno a estas cuestiones puedan encontrar cauces controlados, que eviten las ausencias injustificadas. Algunas de las medidas concretas que pueden ayudar al control del absentismo desde este ámbito van desde la creación y difusión entre los empleados de planes de igualdad en la empresa, a la implantación de un horario flexible, pasando por permisos de lactancia, licencias retribuidas y otras medidas de colaboración con la conciliación como el uso de medios telemáticos (videoconferencias) en las relaciones laborales o el teletrabajo.
¿Qué casos curiosos conoces de absentismo? ¿Qué hace tu empresa para controlarlo?