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Cosas que no te dicen en las entrevistas de trabajo

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ejecutivoTe han llamado para hacer una entrevista de trabajo y con mucha ilusión te preparas para ella. Investigas sobre la empresa y miras entre tus amigos y conocidos a ver si conoces a alguien allí para que te pueda dar más datos. Te gusta lo que ves y lo que te cuentan. El puesto parece hecho para ti. Preparas alguna posible pregunta, así como respuestas a preguntas que te puedan hacer a ti. Estás perfectamente preparado para que el puesto sea tuyo.

Llegas a la entrevista con mucha seguridad en ti mismo (normal, para eso te has estado preparando) y por fin te sientas delante de la persona que te va a hacer la entrevista. No te confíes. Por mucho que tú creas que todo ha salido perfecto, hay cosas que quien te está entrevistando puede estar pensando y no contarnos:

1. Llegamos demasiado temprano. A muchos entrevistadores les molesta que un candidato se presente más de 5 ó 10 minutos antes, porque se sienten obligados a interrumpir lo que están haciendo y salir a saludar a la persona. Algunos se sienten culpables por dejar a alguien esperando sentado durante mucho tiempo en la recepción. Intenta llegar como mucho cinco minutos antes, no más.

2. Juzgan nuestra ropa y peinadoEn la mayoría de los sectores, el aspecto profesional es importante. No tenemos por qué llevar ropa cara, pero presentarnos vestidos de manera casual o con ropa que no nos siente bien, tener un aire descuidado o llevar un maquillaje llamativo puede hacernos perder oportunidades.

3. No quieren que nos vendamos. Es un chasco que un candidato esté demasiado centrado en cerrar el trato, en lugar de si el trabajo es adecuado para él. Ningún reclutador quiere pensar que le están vendiendo a una persona para un puesto, quieren a la persona más apta para el puesto, no un discurso agresivo.

4. Las pequeñas cosas cuentan. Los candidatos suelen actuar como si únicamente los contactos «oficiales», como entrevistas o escritos formales constasen, pero los responsables de selección están pendientes de todo, incluso de cosas como lo rápido que entregamos documentación o referencias que se nos piden, si el correo electrónico con que confirmamos la entrevista está escrito descuidadamente y cómo tratamos a la recepcionista.

5. Pueden aparentar que no les importa que hablemos mal de nuestro jefe anterior, pero no es así. Nos dejarán hablar, pero internamente están tomando nota de que estamos dispuestos a  hablar mal de gente para la que hemos trabajado antes y se preguntan si haremos lo mismo con ellos. Peor aún, se preguntan por la otra versión de la historia, si es difícil llevarse con nosotros, si somos problemáticos o si es imposible complacernos.

6. Es posible que estemos hablando demasiado. Nuestras respuestas a las preguntas de los entrevistadores deben ser directas e ir al grano. Un discurso incoherente e irnos por las ramas genera dudas sobre nuestra capacidad para organizar nuestras ideas y proporcionar la información necesaria rápidamente. Si nos sentimos tentados a seguir hablando durante más de dos minutos debemos preguntarnos: «¿es lo que el entrevistador quería saber o debo profundizar un poco más?» Si el entrevistador quiere saber más, lo dirá.

7. Encajar bien es importante, por lo que el entrevistador piensa mucho en nuestra personalidad. Podemos tener toda la formación que la empresa busca, pero no nos contrata porque nuestro estilo de trabajo podría chocar con la gente con la que tendríamos que trabajar. Debemos recordar que no se trata solo de tener capacidad para desempeñar el trabajo, también hay que encajar en ese puesto en concreto, con el jefe correspondiente, esa cultura determinada y esa empresa en particular.

8. Quieren que hablemos del salario primero exactamente por la razón que tememos hacerlo. Las conversaciones sobre el salario estresan a los que buscan empleo porque saben que se arriesgan a percibir un salario inferior dando una cifra primero. Y eso es exactamente lo que quieren los entrevistadores, que el candidato diga una cifra primero. En un mundo ideal, las empresas dirían a los candidatos el rango salarial que están dispuestas a pagar, pero en la vida real, muchas se aprovechan del poder de la disparidad haciendo que los candidatos digan una cifra primero.

9. Van a preguntar a otras personas qué opinan de nosotros. Van a preguntar a cualquiera que haya tenido contacto con nosotros su opinión, desde la recepcionista al chico con el que nos hemos encontrado hace dos minutos en el recibidor.

10. Les gusta que les enviemos una nota de agradecimiento, pero no por las razones que pensamos. Las notas de agradecimiento posteriores a la entrevista no deben tratar únicamente de agradecer a los entrevistadores el tiempo que nos han dedicado, las que están bien hechas, deben agradecer la conversación y reiterar el entusiasmo que sentimos por ocupar ese puesto de trabajo.

3 COMENTARIOS

  1. Qué buena verdad es que se ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

    Los profesionales de recursos humanos de España, no se han visto en otra parecida. Sobra talento y falta trabajo.

    Ya vendrán tiempos mejores donde tendrán trabajar realmente, antes de dar consejos de todo a 1€ y escribir artículos de psicología barata y desaparecerá la moda del «coaching» igual que vino.

    Lo primero que tenía que hacer el personal de RRHH en este país es:

    A) Debería estar prohibido POR LEY (esto no es culpa de ellos, sino de las leyes españolas), al igual que en otros países preguntar la edad, el sexo, la religión, la orientación sexual y la etnia. Muchas grandes empresas «cazatalentos» discriminan o criban directamente basándose en esas directrices.

    B) Considerar que alguién ha fracasado, es que ha aprendido de sus errores. Esto también es considerado en otros países como valores añadidos al candidato, sabiduría y experiencia, lo que desgraciadamente no ocurre en España.

    C) Leerse el CV del candidato. Antes de fijarse en si se rasca o no la naríz y otras gilipolleces, leerse el CV. Es una FALTA DE RESPETO hacia la persona que acude a la entrevista, que tenga que contarte otra vez el CV que has recibido y por el que se supone que le has llamado. Contrastar las referencias del candidato.

    D) No dar la mano «blanda», muchos lo hacen sin aplicarse «el cuento».

    E) No hacer esperar al candidato. Igual que a ellos no les gusta que lleges pronto o tarde, al profesional que opta a una posición, pues tampoco.

    F) Si vas a evaluar un requisito (por ejemplo un idioma), y si no lo dominas, apóyate en alguien que sí lo haga. No tengas verguenza. Es más vergonzoso que te cualifique alguien que no tiene n.p.i. de la materia sobre la que te pregunta.

    G) Proporciona «feedback» sobre el proceso. Es mejor que te digan un NO cuanto antes, que ni te contesten. Raya en la MALA EDUCACIÓN. Comprendo que es tedioso en estos momentos, dada la gran cantidad de candiaturas que se reciben para ciertos puestos de trabajo, pero aunque sea una respuesta automática, se agradece.

    H) Es el entrevistador el que debe de fijar el salario para una posición, no el entrevistado. Publicar las ofertas indicando CLARAMENTE la remuneración económica y los requisitos para optar a esa candidatura ¿es tan dificil?. Decirle a alguien que está «sobre cualificado» es lamentable. En estos tiempos que corren todos sabemos a lo que vamos. Igual no manejan el baremo de que no nos interesa el salario solamente, sino la seguridad, el tener menos responsabilidades y más tiempo y otros «intangibles». También es una forma «rastrera» de cribar candidatos y de ir simplemente al «más barato», no necesariamente al mejor cualificado.

    I) Por último y no por ello menos importante, comprender que el tiempo es valioso para todos. Agradecer al candidato haber acudido a la entrevista. No tener miedo de contratar a alguien más experimentado que el entrevistador o el futuro «jefe» del candidato. Puede aportar valor añadido a la empresa y seguramente no quiere trepar, solo vivir más tranquilo, porque en la mayor parte de las ocasiones, ya no tiene que demostrar nada, lo ha hecho a lo largo de su carrera. Releer el punto H.

    Saludos (sin acritud) de un parado de larga duración (1 año), harto de asistir a entrevistas con pipiolos incapaces de realizar una evaluación profesional en condiciones.

  2. Bueno mi experiencia va de camino para libro no por las muchas entrevistas sino por la carga emocional que para mi tienen, me explico, siempre he curado, desde los 19 hasta los 34 autónomo….ahora con mas de un año sin curro empiezo a verme en un pozo de inseguridades, ya no se que cara poner, si hablar mucho, poco,….y me mata la espera tengo tantas ganas de empezar que me dan una paso para llamarme si empiezo o no el trabajo y esa semana o días los paso muy mal, como una cuenta atrás…estoy muy harto.

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