Las vacaciones nos hacen felices. No hace falta ningún estudio para demostrarlo pero ¿Cuánto deben durar las vacaciones para tener un efecto positivo en la salud?
Con ese interrogante el doctor Pierre Delbarre, del hospital Cochin Park Royal de París, investigó sobre el tema llegando a la conclusión de que «se sufrirían menos enfermedades si tomáramos nuestras vacaciones en lapsos cortos y frecuentes: al menos dos o tres períodos de entre siete y diez días por año».
Las clásicas escapadas de fin de semana o puentes también son aconsejadas para renovarse y cambiar de aire, y deberían convertirse en momentos especiales, como Delbarre propone, «para encontrarnos con nosotros mismos en lugar de perdernos».
La clave de las vacaciones está en vivir una experiencia intensa y distinta al final del período de descanso. Así lo confirma el Nobel de Economía Daniel Kahneman donde las experiencias del pasado son juzgadas casi en su totalidad según cómo fueron en su momento cumbre y en cómo terminaron, por tanto «el pico máximo al final». Como si fuesen la traca final de una fiesta.
Por otro lado, se pueden extender los efectos de las vacaciones si se continúa haciendo algo de lo que se realizaba durante los días de descanso: comer lo mismo en el desayuno, nadar por la mañana o continuar con la lectura del mismo libro iniciado en el viaje.