¿Eres embajador de ti mismo?

¿Quién te conoce mejor que tú mismo? Podrías contestar que tu madre o tu pareja, pero si de verdad te paras y lo piensas, no hay nadie como tú mismo para conocerte. Tal vez no te lo creas porque nunca te hayas parado a pensar cómo reaccionarias ante tal situación y una persona de tu entorno que te conoce muy bien, ya te haya dado la respuesta, pero si te paras a pensar, nadie, absolutamente nadie te va a conocer mejor que tú mismo.

Por tanto, ¿quién mejor que tú para poder venderte??

Crea tu propia estrategia para venderte: redes sociales, blogs, relaciones personales…, eso sí, cuida bien cómo las gestionas para que no se vuelvan en tu contra.

Acéptate. Lo primero es aceptarte tal y como eres, con tus virtudes y tus defectos. Una vez que tengas bien identificados estos últimos, trata de cambiarlos.

Cuida tu imagen, tanto la personal como la virtual. No te cortes, potencia  tus puntos fuertes, que para eso los tienes.

Deja que los  demás te recomienden. Si no lo hacen por su propio pie, pídeselo, no es que no lo quieran hacer, es que muchas veces ni te das cuenta o simplemente, no encuentran el momento, pero si se lo pides, seguro que nadie te dice que no.

No te quedes estancado. Tal vez pienses que teniendo cierto número de amigos en Facebook o varias recomendaciones en Linkedin sea suficiente. No. Tienes que estar activo, acude a eventos, sigue formándote, amplía tu red de contactos y no olvides los que ya tienes.

No desprecies a nadie. Nunca te dijeron eso de «hay que tener amigos hasta en el infierno», pues eso, nunca se sabe quién va a poder echarte una mano, así que no menosprecies a nadie.

Cooperación y no competición. Se trata de recibir y dar. No vale sólo con recibir, los demás se cansarán de ti. Tiene que haber un feedback.

No te compares con otros. Tú eres tú. Tienes todos los medios que necesitas para cumplir tus metas y no las metas que han logrado los demás.

 La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito  (Ralph Waldo Emerson)

¿Sabes venderte?