Igual no se entiende la pregunta, a ver ahora: Hay gente que cuando trabaja para algo o alguien se transforma en defensora a ultranza de esos productos o servicios. A mí me pasa, soy muy forofa, adicta, embajadora, como lo queráis ver. Allá donde trabaje, ahí que lo recomiendo como si fuera mío. Lo siento, no lo puedo evitar.
Trabajé durante años para una marca muy conocida de colchones, y aún no siendo mi trabajo directo, yo no sé cuantos colchones recomendé, asesoré, defendí, y por qué no, saqué con precio de empleado. Aunque ya han pasado un par de años, sigo defendiéndola como si siguiese allí. La conocí desde dentro, también estudié la competencia y por eso, puedo explicar las diferencias y recomendarla.
Creo que no es mi caso el único, tengo familias de amigos que el padre o incluso el abuelo trabajó en una marca de coches y las siguientes generaciones aún siguen ligadas a ella, no sé si es nostalgia, reconocimiento a un producto bien conocido o simplemente por inercia, pero pasa. Y es bueno, muy bueno para la empresa.
Al final todos defendemos lo que mejor conocemos, sobre lo que tenemos experiencia y sobre todo lo que nos lleva a un recuerdo positivo.
Los empleados deben ser la imagen de la empresa, la representan en el exterior y en el interior, y aunque no lo crean hasta en su ámbito privado. Las empresas no se dan cuenta pero tienen dentro de casa a los mejores prescriptores de su marca, siempre y cuando sepan motivarles, cuidarles y prestarles atención.
Sé que esas empresas para las que trabajé igual no lo vieron o no lo valoraron, pero deberían potenciarlo porque es un impulso a sus ventas sin casi esfuerzo.
Tiene toda su lógica. Si los empleados no se creen los productos de su propia empresa ¿por qué se los van a creer los clientes?
Según el estudio elaborado por Madison Performance Group, los trabajadores con un alto grado de implicación hacia la marca suponen una importante ventaja competitiva. Todas aquellas empresas que se preocupan de aplicar planes de incentivos, que refuerzan su sentimiento de pertenencia hacia la marca o que hacen sentir importantes a sus empleados, logran unos mayores beneficios, incluso en épocas de crisis.
Según el estudio, aumentar el compromiso de los empleados hacia la marca equivale el incremento en un 12% el grado de satisfacción del cliente.
Un empleado altamente comprometido puede ser un 38% más productivo. Además se convierte en un trabajador más creativo, está más implicado y transmite valores positivos a su entorno, además de desarrollar una actitud protectora hacia su empresa.
Conseguir que los empleados estén comprometidos con la empresa debería ser una prioridad entre los directivos de las empresas. Las cifras del estudio así lo avalan:
- El 67% de los trabajadores comprometidos se definen como defensores activos de la marca; 3 de cada 4 afirma conocer las necesidades de los clientes y se muestra dispuesto a recomendar los productos de la empresa.
- El 86% de los empleados motivados por su empresa confiesan sentirse felices en el trabajo; esta cifra contrasta con el escaso 11% de aquellos trabajadores cuya empresa no se preocupa por ellos, donde además, la tasa de enfermedad en la empresa se triplica.
Para tener una empresa llena de bueno embajadores, lo mejor es implicar a los propios trabajadores en el proceso, hacerles sentir uno más, crear esa sensación de grupo, de equipo, casi de familia. Sino se consigue de manera natural o desde dentro, se puede pedir ayuda a empresas especializadas en estos temas que pueden asesorar y potenciar esa transformación.
Es fundamental, más ahora cuando las condiciones externas no son las mejores y el barco zozobra, que todos los tripulantes remen juntos y en la misma dirección, sino, seguramente ese barco naufrague.
¿Te sientes identificado con tu empresa? ¿La defiendes y usas sus productos o compras a la competencia?
Muy interesante