Lo primero que hay que saber es qué es el estrés y para eso, nada mejor, que nuestra wikipedia, que lo define como reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
Aunque generalmente asociamos el estrés a una sobrecarga de trabajo, vamos a ver algunas de las causas que lo pueden provocar:
- Exceso de trabajo: su volumen o dificultad está por encima de la capacidad del empleado.
- Monotonía: el trabajador se siente poco motivado y, en muchos casos, considera que no está sacando partido a sus habilidades y capacidad profesional.
- Falta de comunicación: la empresa no informa claramente al trabajador sobre su función y éste se siente perdido al no saber cuál es su rol ni lo que se espera de él.
- Relaciones personales: estar enfadado con los compañeros de trabajo o no tener buena sintonía con los superiores provoca soledad y ausencia de apoyo social.
- Incapacidad: errores durante la selección o promoción de personal cargan de responsabilidades a un empleado que no tiene la suficiente preparación para desarrollar sus nuevas responsabilidades.
- Problemas personales
Hay otros elementos ambientales que pueden desestabilizar nuestro equilibrio emocional. Una iluminación insuficiente, temperatura inadecuada, exceso de ruidos o los horarios nocturnos no ayudan precisamente a lidiar con la jornada laboral.
Aunque todo parezca negativo, debe quedar claro que no siempre el estrés tiene porqué ser perjudicial. Es necesario en cierto grado para desenvolvernos en el medio en que vivimos. Él es el responsable de que en un examen, por ejemplo, nos concentremos más y por lo tanto tengamos un buen rendimiento, o de que cuando detectamos una situación de peligro reaccionemos de forma adecuada para evitarla.
No todos reaccionamos de la misma forma ante las situaciones que nos producen estrés. Las interpretaciones que diferentes personas hacen ante una misma situación, no es la misma, del mismo modo que las respuestas también son diferentes, ya que cada persona en función de sus experiencias, habilidades y conocimientos reacciona de una forma.
A pesar de que acabamos de ver que el estrés puede afectar a todas las personas y a todas las empresas por muy diversos motivos, hay algunas profesiones que por sí mismas, pueden generar más estrés:
- Atención al cliente: la interacción con otras personas provoca incertidumbre y desgaste. La tensión se eleva al tener que estar permanentemente pendientes de lo que nos dicen, sobre todo si son quejas.
- Médicos, profesores, asistentes sociales, enfermeras: en estos colectivos puede aparecer el síndrome de «estar quemado», que se da en profesiones donde los trabajadores se implican emocionalmente con las personas a las que prestan sus servicios.
- Departamentos comerciales: la presión viene de la necesidad de dar respuestas inmediatas, ganar nuevos clientes, facturar más y solucionar los problemas de clientes.
- Trabajo en cadena: no se exige pensar y hay una gran desvinculación con la empresa, debido al desconocimiento sobre el producto que se realiza o para qué sirve. Por eso, estos profesionales se sienten perdidos y creen que su trabajo no tiene sentido.
- Policía y fuerzas de seguridad: el estrés sobreviene al tener que estar alerta en todo momento, llevando a cabo tareas tan poco agradecidas como el control del tráfico o tan peligrosas como las detenciones.
Sólo el 26% de las empresas europeas han adoptado medidas para reducir el estrés laboral. Es una de las principales conclusiones del estudio europeo sobre riesgos nuevos y emergentes en las empresas de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-Osha), realizada a directivos y representantes de trabajadores de 31 países europeos.
En España, el estrés afecta a más del 40% de las personas asalariadas y en torno al 50% de los empresarios, según datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística. Ello ocasiona pérdidas por valor de 2.000 millones de euros, según la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo.
La encuesta europea sobre los nuevos riesgos confirma que el 79% de los directivos están preocupados por los efectos del estrés laboral en sus compañías. Se sitúa, así, el estrés al mismo nivel que los accidentes en el lugar de trabajo a la hora de diseñar las políticas de prevención de riesgos laborales.
Según los últimos datos de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, los países de la Unión Europea invierten 20.000 millones de euros al año para combatir el estrés laboral.
¿Padeces o has padecido estrés laboral? ¿Ha adoptado tu empresa alguna medida para convatir el estrés laboral?
Lo que si que estresa es no tener trabajo para estresarse
Tener un jefe incompetente es demoledor.
No tener trabajo deprime más que estresa, según mi forma de ver. Tener que aguantar a un jefe que entiende y sabe menos que tú o sencillamente que no sabe tratar a los que le rodean como personas… eso sí que produce ansiedades y lo malo que algunos no se dan cuentan y acaban siendo anulados como personas.
Bien por el artículo
exelente