Si creías que tu pueblo/barrio era una fuente de cotilleos, en el trabajo no vas a tener nada que envidiar. Todo el mundo conoce los secretos de otros, se habla sobre los demás, sobre tí… Y lo mismo en el entorno personal que en el laboral, lo mejor es evitarlo. No entrar al trapo. En ningún caso te va a beneficiar.
Desde El Confidencial nos dan algunos trucos para salir airoso de esos cotilleos:
Escucha, observa y calla. Si acabas de llegar nuevo a un puesto de trabajo, debes andarte con ojo. Es inevitable: te van a juzgar, de la misma forma que tú vas a juzgar a tus compañeros. Una buena primera impresión es fundamental para entrar con buen pie, a pesar de que hasta que no pasa un tiempo, ni tú conoces a tus compañeros de trabajo, ni ellos a ti. No sabemos lo que pasa dentro de la empresa, ni si se llevan bien o mal entre ellos, ni por qué, así que lo mejor, es ver, oír y callar. Si realmente hay rencillas entre ellos, seguramente intentarán llevarte a su bando. No entres en eso. Es mejor que dejes pasar un tiempo y ya decidirás si tomas partido por unos u otros.
Intenta conocerles lo mejor posible. Poco a poco irás sabiendo quién maneja la información. Lo mejor es que intentes posicionarte con esas personas que te van a poder ayudar.
No te fíes de nadie. Es duro aceptarlo, pero cuando está en juego un ascenso o una prima hay gente que está dispuesta a traicionar a cualquiera. Y es difícil saber quién puede ser leal o no. Por ello es mejor que no airees ningún secreto del trabajo y desconfíes de quien te los cuenta, pues la persona que es por naturaleza cotilla puede serlo también con lo que tú le digas. Si quieres desahogar tus penas sobre asuntos del trabajo hazlo con tu familia y amigos, con los que no hay riesgo de filtraciones.
No te creas nada. En todos los trabajos se tiende a la difusión de rumores infundados, mucho más cuando hay falta de información por parte de los jefes. Lo mejor que podemos hacer cuando nos llega un rumor de este tipo es no darlo por cierto. Ante la duda, mejor ser escéptico y no tomar partido, si el rumor es falso desaparecerá por sí mismo y si es verdadero nos enteraremos por alguna fuente fiable.
No entres al trapo en corruptelas negativas. Es triste pero, como todo el mundo sabe, una oficina puede convertirse en cualquier momento en un patio de colegio. Evita en la medida de lo posible participar en conversaciones en las que se critica abiertamente a un compañero que está ausente, y si alguien viene a criticar a otra persona a sus espaldas trata de pararle los pies: puede que te expulsen de los cotilleos, pero a la larga saldrás ganando.
Intenta no tomar partido. En todas las oficinas hay bandos y grupos de amigos. Esto no es necesariamente malo, pero si tomas partido abiertamente por alguno de los grupos te convertirás enseguida en enemigo del bando contrario. Si quieres llegar lejos en la empresa lo mejor es que trates de llevarte bien con todo el mundo, pues nunca sabes cuándo y dónde vas a necesitar un aliado. Mira a tu alrededor, las personas neutrales son las que siempre salen mejor paradas.
Sé diplomático. Por mucho que tratemos de evitar el conflicto éste puede salpicarnos en cualquier momento. Si hay tensión con algún compañero lo mejor es tirar de diplomacia e, incluso, hipocresía, y hacer como si no hubiera ocurrido nada, manteniendo las formas y siendo educado. Por muy mal que nos caiga alguien lo más inteligente es ser lo más cordial posible.
Mantén en secreto tu vida privada. No es bueno mezclar demasiado nuestra vida personal con la laboral. Podemos hacer buenos amigos en el trabajo, y que estos pasen a formar parte de nuestro círculo social, algo que no es malo en absoluto, pero no podemos pretender ser amigos de todo el mundo, y contar a toda la oficina nuestros problemas personales. Compartir demasiada información privada es poco profesional y puede traernos problemas.
No pierdas los papeles. En momentos de tensión laboral es relativamente fácil que gritemos, lloremos o demos un puñetazo encima de la mesa, cosas que no deberíamos hacer bajo ningún concepto delante de nuestros compañeros. Si sientes que tienes ansiedad, la situación te supera y vas a estallar, deja lo que estés haciendo y ve al baño o a dar un paseo hasta que logres calmarte. Las pataletas pueden hacer que digas cosas de las que luego te arrepientas. Si, pese a esto, pierdes los papeles, pide perdón a quién haya presenciado la escena, olvídalo y haz como si no hubiera pasado nada cuando te pregunten.
Muy práctico, tanto para el trabajo, como para la vida diaria. A cada uno nos puede llamar más la atención un punto concreto. He releído el punto de sé diplomático y no pierdas los papeles, pero todo el artículo es muy interesante.