¿Ya? ¿Se acabaron las vacaciones? Estos días voy viendo en las redes sociales que ya estamos volviendo unos pocos de vacaciones y a los demás ya no les queda tanto. En general leo comentarios como: «vuelvo con energías renovadas», «tengo fuerzas para afrontar los nuevos proyectos que me depare este nuevo año laboral» y cosas así.
Después de pasar unas buenas vacaciones volvemos a casa, al trabajo, llenos de energía, buen humor, muy positivos y con la mente muy despejada. Yo siempre tengo la sensación de estar como en una nube, al menos los primeros días.
También hay personas a las que esto no les pasa. Directamente se ponen de mal humor cuando piensan que tienen que volver al trabajo, a su rutina diaria. Es lo que se llama el síndrome postvacacional. El principal causante de suele ser el cambio de horarios y la modificación de las horas de sueño. Los días de ocio dan paso a largas jornadas laborales, a asumir responsabilidades, a cumplir plazos…
No te desesperes, si sigues unas pequeñas pautas, la vuelta será menos dura:
- Date un último gustazo. Se acerca la hora de volver. No te lo tomes a mal. Para que te quede un buen sabor de boca, date ese último placer: puede ser desde un paseo por la playa, un mojito o una mariscada, cualquier cosa que te haga sentir bien.
- Vuelve al menos un día antes. Si has estado unos cuantos días fuera, volver a casa un día antes de comenzar con tu rutina diaria, te permitirá organizar un poco tu vuelta, así como planificar algunas cosas de la semana. Será menos estresante que encontrarte todo de sopetón.
- Intenta no incorporarte un lunes. La sensación de depresión puede ser mayor. Una buena idea es hacer la vuelta un día diferente de la semana. Así el impacto psicológico que puede provocar la vuelta a la oficina será menor.
- Mantén una actitud positiva.Te ayudará a enfrentarte mejor al estrés y las tensiones. Piensa que vuelves con las pilas cargadas. Acepta la realidad, acepta el hecho de que ya has tenido tu tiempo para descansar, desconectar y pasarlo bien y de que ahora toca trabajar. Piensa en que hay muchas personas que no tienen la suerte de tener un puesto de trabajo esperándoles a la vuelta de las vacaciones. Sonríe.
- Prioriza las tareas. No intentes hacer todo a la vez. Párate a organizar todo lo que tienes que hacer, dale prioridad y ve haciéndolo poco a poco. No intentes leer todos los mails de golpe, échales un vistazo rápido para ver cuáles pueden ser los más urgentes. Verás que, poco a poco, irás recuperando el ritmo de trabajo.
- Márcate nuevos objetivos. Si a la vuelta sólo estás pensando en lo mucho que te queda para volver a coger vacaciones, caerás en depresión. Piensa en lo que vas a hacer el siguiente fin de semana o incluso las próximas vacaciones, pero no pienses en lo mucho que queda.
- Aprovecha las horas. El día tiene 24 horas y tengo claro que tu trabajo no te ocupa todo el día, así que cuando termines la jornada laboral dedica el resto del día a practicar actividades que te gusten o pasar tiempo con tus amigos o familia, sobre todo los primeros días tras la vuelta.
- No te lleves trabajo a casa. Si desde el primer momento además de estar «a tope» en el oficina te llevas trabajo a casa, te agobiará mucho. Tómate esos primeros días con más calma.
- Mira el lado positivo. Si la vuelta se te está haciendo realmente dura, piensa en que tal vez si no hubieras tenido ese trabajo, no hubieras podido disfrutar de esas magníficas vacaciones y que además, te permitirá disfrutar de las siguientes.
¿Qué tal va tu vuelta al trabajo?