Dicen, y no es la primera vez que nos referimos a ellos, que tiempos tan difíciles como los actuales son capaces de sacar lo mejor y lo peor de las personas, algo que, de un modo u otro probablemente todos los lectores sean capaces de identificar en sus entornos inmediatos.
Una de las grandes plagas que el panorama actual de falta de expectativas laborales está trayendo consigo es del uso de la necesidad de las personas desempleadas en buscar trabajo a la hora de poner en práctica los más diversos fraudes que, precisamente, tienen como reclamo la obtención de un puesto de trabajo.
Estamos ante un tema que sin duda da para largo y que, desde luego, merece la pena ser tenido en cuenta por tanto, cuanta más información manejemos al respecto mayor protección presentaremos ante un intento de estafa, en el caso de hoy vamos a centrarnos en las ofertas fraudulentas de trabajo en internet que han crecido de manera exponencial.
Las estafas y los timos evolucionan según transcurre las sociedades donde se insertan. En los años anteriores a la crisis actual, buena parte de las estafas buscaban jugar con la avaricia de las personas a la hora de ingresar de un modo u otro grandes cantidades de dinero, premios, herencias o supuestos chollos.
A día de hoy es la necesidad de empleo uno de los ejes de los intentos de estafa a través de la red. No estamos ante algo nuevo, el lector no tiene más que tirar de hemeroteca 30 años atrás para poder comprobar cómo en las secciones de clasificados de muchos diarios se ofrecían un gran número de ofertas de trabajo en casa, ofertas para las que invariablemente se solicitaba a quien las deseara la contestación acompañada, por ejemplo, de sellos no utilizados.
Hoy en día las estafas son más sofisticadas pero se basan en los mismos argumentos. Han proliferado los anuncios en la red donde se nos ofrecen fantásticas posibilidades de trabajo en casa a las que, curiosamente, para poder acceder, por ejemplo, deberemos trabar contacto a través de teléfonos de pago.
La prevención resulta fundamental en este caso (realmente en todos) y, como siempre, el sentido común. La inmensa mayoría de estas ofertas, por no decir todas, responden, en el mejor de los casos a fines publicitarios, y, en el peor, directamente a estafas.
El mejor mecanismo de defensa obviamente en este caso es no hacer caso de las propuestas y, en el caso de que alguna nos parezca más real que las demás, como poco, deberemos investigar sobre la empresa que las propone, cuáles son las condiciones reales de trabajo, y por supuesto huir de supuestos costes previos a cargo del trabajador que, nunca, en ningún caso deben ser aceptados.
¿Qué ofertas de empleo falsas has visto últimamente?
Hay que denunciar esto. http://www.change.org/es/peticiones/ministerio-de-empleo-y-seguridad-social-no-m%C3%A1s-ofertas-de-trabajo-fraudulentas