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Mal jefe

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Tanta paz lleves como descanso dejes

Estoy viviendo un momento de cambios laborales y todos, todos los días escucho este refrán. Y es que mi jefa se va. Lo dejo ahí porque no quiero entrar en críticas.

Es muy difícil gestionar personas, lo se, pero es parte del trabajo de un jefe. Nunca llueve a gusto de todos, pero un jefe tiene que tener en cuenta muchos frentes.

¿Qué te pude hacer ser un mal jefe?

  • Ofrecer a tu equipo, que ya está sobresaturado de trabajo,  para trabajo extra adicional, sin consultar antes con ellos y sólo con el propósito de hacer la pelota a la dirección de la organización.
  • Hablar mal de alguien a sus espaldas. Criticar a otros compañeros o superiores cuando no están presentes, hará que el resto del equipo desconfíe de ti, ya que pensarán que harás lo mismo con ellos cuando no estén.
  • Negarte a utilizar y/o implantar nuevos protocolos o sistemas para mejorar y agilizar la eficacia del grupo, mientras simultáneamente promulgan la introducción de la calidad total.
  • No escuchar. Evitar las discusiones y debatir cuestiones que te plantean tus trabajadores, te hace ser un mal líder. Hay que escuchar las sugerencias de tu equipo.
  • Considerar que la empresa es más importante que la familia, sólo por el hecho de que llevan muchos años en la misma organización y por eso “obligan” a su equipo a pasar mucho más tiempo del necesario allí.
  • Abiertamente muestran favoritismo con ciertas personas, simplemente por considerarles sus amigos.
  • Reconocer fallos. Todos cometemos errores. Hay que saber reconocerlos. No eres perfecto.
  • No cumplen sus promesas. No somos niños y no se nos puede engañar con un caramelo. Si prometes que vas a hacer algo, hazlo.
  • Se enfadan y abusan de su poder con miembros del equipo sin tener toda la información disponible y, en vez de investigar sobre lo que realmente ha ocurrido.
  • Gritar en público. Si tienes que echar la bronca a alguien por un trabajo mal hecho, no lo hagas en público, minarás su autoestima. Reúnele y di lo que tengas que decir.
  • Son totalmente ajenos al hecho de que la motivación del equipo está por los suelos debido en gran parte a su comportamiento.
  • Tienen la puerta de su despacho cerrada, lo que no invita nada a entrar.
  • Impacientes: Los jefes horribles son de mecha corta, y rápidamente generan una frustración que proyectan en sus empleados. Por el contrario, los grandes jefes mantienen su temperamento bajo control y no se sienten intimidades cuando sus empleados cometen errores.
  • Controladores: Los malos jefes creen que sólo hay dos formas de hacer algo: Su manera o el despido. Por el contrario, los grandes jefes utilizan los rasgos individuales de sus empleados para alinear los objetivos personales con los objetivos de negocio.

¿Está tu jefe dentro de estos?

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