Hay quien aún se sorprende cuando le dan un toque porque llega tarde a todas las reuniones, porque no cumple los plazos o porque dedica mucho tiempo a cuestiones personales. Cualquiera de estas causas reiteradamente puede ser motivo de despido y lo peor es que hay personas que si esto sucede, se quedan asombrados.
Nunca hemos estado para perder el tiempo, pero mucho menos ahora. Cada minuto cuenta. No se trata tampoco de no tomarte ningún descanso, de hecho, debes hacerlo, pero sí se trata de aprovechar al máximo tu tiempo de trabajo, tanto por ti, como por respeto hacia tus compañeros.
Muchas personas ya se han acomodado en su trabajo y tienen algunos hábitos adquiridos que son realmente sorprendentes y con los que se pierde mucho el tiempo. Seguramente tú también tengas alguno.Yo soy la primera, no te creas y es que he de confesar que uno de mis malos hábitos es mirar constantemente el mail: café-mail; teléfono-mail; baño-mail; y la verdad es que no creo que vaya a cambiar mucho de un minuto para otro y lo peor es que si cambia, hay veces que dejo la tarea que estoy haciendo para ponerme con ese mail: MAL. Lo se. Es un mal hábito que estoy intentando corregir.
En este caso yo me he dado cuenta y estoy intentando cambiarlo, pero ¿tú te has fijado cuáles son tus malos hábitos para intentar corregirlos? Hoy quiero dejarte una pequeña lista con algunos de los más comunes. Mira a ver si alguno está entre los tuyos para intentar corregirlo.
A este tema ya le dedicamos un artículo entero. Se trata dela acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse (estudiar o trabajar), sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables.
Si eres de esas personas que cree que puede hacer mejor su trabajo en el último minuto, definitivamente, no estás pensando en tus compañeros, ya que posiblemente el hecho de que tú lo hagas en el último minuto provoca que otros también tengan que trabajar a última hora y no a todo el mundo le gusta trabajar así.
¿Crees que no te van a «pillar»? Posiblemente tarde o temprano se descubrirá y si te pillan en una mentira, por pequeña que sea, estás destruyendo tu credibilidad, y eso es algo que nunca podrás recuperar. Podrías ser escrupulosamente honesto durante mucho tiempo después, pero aún así, seguirán recordándote como la persona que mentía y en la que no se puede confiar del todo.
Hablar mal de la empresa o de los compañeros
Lo único que conseguirás con esto es que pierdan la confianza en ti porque pensarán que de la misma forma que estás criticando a los que no te oyen, puedes criticarles también a ellos.
Si estás quejándote constantemente por el trabajo, los compañeros o el jefe, estás generando un mal ambiente tanto para ti como para los que te rodean. Además a quien no le gusten estas cosas, acabará alejándose de ti para que no le «contagies».
Llegar siempre tarde al trabajo, pasar demasiado rato tomando café o a la hora de comer, demuestra poco compromiso con el trabajo y con el equipo también. La impuntualidad demuestra falta de respeto por las normas y por el tiempo de las otras personas, que hacen el esfuerzo de llegar a la hora.
Mala comunicación por email
Eres una persona muy capaz, pero simplemente no te apetece o no quieres, así que tardas en responder a los mails, o lo haces de una manera incompleta. Este mal hábito hará irritar a tus compañeros porque les harás perder mucho tiempo.
Adición a las redes sociales
Soy partidaria de que se permita el uso de redes sociales en el trabajo, pero hablo de su uso y no de su abuso.
Falta de atención
Si alguien te está hablando, escucha. Si no tienes tiempo para charlas, dilo directamente y con educación, pero si estás escuchando a alguien, escúchale de verdad.
Está demostrado que trabajar en equipo entre otras muchas ventajas, estimula la creatividad, se comparten diferentes puntos de vista, te permite crecer personalmente y te da pertenencia a un equipo. Los individualismos ya no valen.
Cambios de humor sin sentido
Esas pequeñas rabietas que te coges por cosas que no han salido a tu gusto, debes dejarlas de lado. Son de niño pequeño. Hay que controlar el temperamento y saber aceptar tanto los elogios como las críticas.
Hablar sin pensar
Es verdad que alguna vez uno pierde los nervios. Es que hay cosas que pueden llegar a sacarnos de quicio, pero hay que aprender a controlarse y pararse antes de decir algo de lo que te puedas arrepentir. De la misma forma, hay que tener cuidado con lo que escribimos en un mail.
¿Qué otros malos hábitos has detectado en ti mismo o en tus compañeros?