Cuando eres pequeño, tienes cientos de amigos en el cole, en la adolescencia, aún más. Cuando vas a la universidad, conoces personas nuevas que muchas también se convertirán en buenos amigos y cuando entras a trabajar en un sitio, posiblemente también hagas nuevas amistades. Son personas que vas conociendo a lo largo de tu vida. Con unas conectarás más que con otras y con las que mejor congenies, serán amigos para toda (o casi toda) la vida. Compartes con ellos penas y alegrías. Pero, ¿qué sucede si tienes que compartir el lugar de trabajo?
Está claro que cuando comenzamos un nuevo proyecto, sea con amigos o no, lo hacemos porque creemos que va a salir bien. Miramos al futuro con optimismo. Si hay alguien de tu entorno en quien confías, con quien te llevas bien y compartes intereses, ¿por qué no comenzar un negocio juntos?
En general, los expertos coinciden en que es algo positivo:
- En hecho de trabajar con amigos, genera una mayor satisfacción, además de tener más posibilidades de innovación y de compartir buenas ideas.
- Conocemos a la otra persona, por lo que sabremos de qué pie cojea y cuáles son sus puntos fuertes. Esto nos ahorrará mucho tiempo y sabremos cómo actuar.
- Estaremos más vinculados con el proyecto, con lo que no va a ser necesario crear una cultura de empresa: ya damos por hecho que todos buscamos lo mismo.
- Genera mayor compromiso.
- Confianza mutua. Puedes delegar en la otra persona con total confianza.
No todo son ventajas, hay que tener en cuenta algunos inconvenientes:
- Pueden surgir roces. Muchas veces, la falta de entendimiento en un negocio puede provocar la ruptura con nuestros socios. Si además son amigos, puede llegar a destruir nuestras relaciones personales con ellos.
- Podemos no desconectar nunca. Si trabajamos con amigos a los que después vemos fuera del trabajo, puede que pasemos el rato hablando de trabajo y así no conseguiremos desconectar. Hay que aprender a separar (al menos un poco) la vida personal de la laboral.
- Aclara bien las cosas. Si no dejamos claro desde el principio cuáles serán las funciones de cada uno, así como el salario, puede que no lleguemos a un entendimiento futuro.
Desde mi punto de vista, el montar un negocio con un colega, al final tiene más ventajas que inconvenientes, por eso, si conseguimos salvar las diferencias, siempre será más fácil trabajar con un amigo que con un desconocido.
En algún sitio he leído esta cita que me parece que viene muy al caso:
Asóciate con amigos para que todos incrementen sus ingresos pero nunca pierdas de vista que el mayor bien que tienes es la amistad.
¿Crees que es más fácil o más difícil trabajar con amigos?
Puede ser que tenga más ventajas que inconvenientes… lo que sí creo que es cierto, es la idea principal del artículo. Creo que es el futuro del empleo, la formación de pequeñas empresas de autónomos con distintas especialidades.
La juventud ya podemos ir pensando en buscar un trabajo autocolocándonos que el capitalismo no lo va a hacer.
Conozco varios casos de amigos o conocidos trabajando juntos que funcionan de maravilla, siempre les he oido lo claro que tienen definido su campo y antes de establecerse como perfilaron todo lo posible los distintos puntos que se van a dar a lo largo del periodo laboral.
También conozco alguno que han salido mal y ha sido demoledor, tanto laboral, económico y personal, y aseguran lo bien que se conocian y la confianza que tenían.
Creo que es posible llevar a cabo un proyecto en común con amigos.
En mi caso siempre me ha dado mucho miedo mezclar amistad con negocios. Siempre que empiezan los problemas en la empresa esa amistad que nos une se va desquebrajando y empiezan a salir las mejores pero casi siempre las peores cosas que llevamos dentro. Eso sin contar que si ya es difícil tomar decisiones con un socio, imaginate con un amigo.
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