La tarea de encontrar un empleo se ha convertido ya en una carrera de fondo. No es que no baje el número de parados, si no que se incrementa. Lo peor es que el número de parados de larga duración (los que llevan más de un año buscando empleo) ha llegado en el tercer trimestre de 2011 al 49,3% del total de 4,97 millones de desempleados,lo que supone 1,9 millones de personas más desde el inicio de la crisis, lo que además se traduce en una falta de ingresos y pérdida de las prestaciones. Se estima que 3 de cada 10 parados no recibe ningún tipo de prestación.
Según el Índice Laboral elaborado por Manpower a partir de los datos de parados que recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) el paro de larga duración comienza a ganar posiciones en las categorías educativas más altas. Así las personas en paro con estudios superiores pasaron del 8,5% al 10,9% de 2007 a 2011.
Pero el mayor número de parados de larga duración sigue machacando a las personas con una formación más baja, que han pasado de representar cerca del 58% de los desempleados de larga duración en 2007 al 60,9% en el tercer trimestre de 2011.
El estudio también refleja que del total de paro, el 25% corresponde a desempleados de larguísima duración, ya que llevan dos años o más buscando empleo, colectivo que se había reducido hasta un 10% a finales de 2009.
Consecuencias graves de este desempleo, además de las económicas, son el estrés, la depresión, ansiedad, niveles bajos de autoestima, de insatisfacción con la vida, dificultades de concentración y empeoramiento de las relaciones familiares. Ante estos síntomas, los expertos recomiendan la importancia de acudir al médico.
No siempre es fácil identificar los síntomas, es más, normalmente, se descubren cuando la persona va al médico por otras causas como insomnio, ansiedad, fatiga, pérdida de apetito, falta de energía… Además de estos problemas físicos, el desempleo puede llegar a causar problemas psicológicos como tristeza, pérdida de confianza en uno mismo, negatividad, mal humor o sentimiento de culpa.
Es una situación difícil y desesperada y a cada uno, le afectará de una forma diferente, pero no debemos dejar que esta situación nos haga caer en la depresión ni ser victimistas. Andrés Pérez consultor en posicionamiento personal, ofrece algunos consejos básicos:
- Preséntese a todos los contactos profesionales como un profesional y no como un parado. Una persona con 5, 15 ó 30 años de experiencia no pierde su memoria ni su capacidad cuando pierde un empleo. Sigue siendo tan buen profesional como antes de perderlo y es absurdo rebajar su calificación profesional sólo porque ya no tiene tarjetas y un coche de empresa.
- Participe en todos los eventos profesionales en los que se encuentren potenciales clientes o empleadores. Compórtese y preséntese como un profesional en activo y no como alguien que está mendigando un empleo. Hay que seguir siendo visible, incluso mucho más que antes.
- Aproveche cualquier ocasión para realizar trabajos alimenticios que le permitan generar ingresos aunque no tengan la misma calidad que los que ha desempeñado hasta ahora. Eso le mantiene activo y en el mercado, además de permitirle demostrar su valía.
- Utilice el periodo de transición para actualizar los conocimientos o conocer otros campos. Debe tener un plan de I+D igual que una empresa y debe incorporar, al menos, dos productos nuevos a su oferta cada año (idiomas, tecnología, especialidades).
- Sírvase de todos los escaparates para demostrar la profesionalidad. A veces porque la empresa lo impide y otras por dejadez, los profesionales van quedando ocultos e invisibles. Sólo los conocen quienes se relacionan directamente con ellos. Cuando un profesional pierde el empleo debe darse a conocer partiendo de cero. Por lo tanto es muy importante que un profesional en transición dedique tiempo a demostrar su valía. Un blog, una conferencia o un documento electrónico en los que demuestre su experiencia y casos de éxito son las mejores formas de presentarse, además de facilitar el ser encontrado. Un folleto electrónico de veinte páginas sobre su especialidad es más valioso que 2.000 currículos.
¿Has estado alguna vez deprimido por no tener trabajo?
La verdad es que es muy frustrante pasar a tener un trabajo que te ocupa todo el día a, de repente, no tener nada que hacer (bueno, si, buscar trabajo, pero no es lo mismo)
Me decia un amigo que por primera vez se vio en las filas del paro y veia a toda la larga fila, triste, preocupada… Y detras de cada una de esas personas con su historia personal, le afectó muchísimo.