Suena el despertador y sólo de pensar que tienes que ir a trabajar, se te revuelve el estómago. Odias tu trabajo, no te gusta lo que haces, ni tus compañeros ni nada de nada. Los motivos pueden ser muchos. Algunos de ellos pueden ser:
- Mal ambiente de trabajo. Puedes encontrarte con personas tóxicas a tu alrededor, que hagan que no se pueda trabajar en equipo ni contar con la ayuda de compañeros.
- Falta de un buen líder. Si el jefe no se comporta como un líder, seguramente el trabajo del equipo sea una catástrofe. Se necesita un líder que saque el proyecto adelante y que se ocupe de sus obligaciones.
- Rutina. Es necesario encontrarnos con desafíos cada cierto tiempo, para evitar que uno se acabe aburriendo. Si tu trabajo es demasiado «fácil» para ti, quizá debes aspirar a algo más.
- No cobras lo suficiente para el trabajo que realizas. Intenta comunicar tu desacuerdo a la persona encargada de tu sueldo para no terminar odiando tu trabajo por no estar bien pagado.
- No te sientes valorado. No sólo se trata del sueldo, también se necesita oír de vez en cuando, palabras de agradecimiento. La satisfacción laboral tiene mucho que ver con sentirse valorado en la compañía.
¿Qué puedes hacer para no llegar a odiar tu trabajo?
- Haz una rápida evaluación. Pregúntate sobre lo que odias de tu actual empleo, si siempre te ha disgustado, si es por tu mala relación con las personas con las que trabajas, la cultura de la compañía o qué otra cosa. Lo ideal es que puedas escribir los pros y contra de tu empleo en una lista y luego qué quieres que tenga tu futuro trabajo. Luego piensa si puedes hacer algo para cambiar lo que te molesta o si es hora de renunciar.
- Piensa si eres tú o tu empleo lo que te hace infeliz. Reflexionar sobre este punto te permitirá evaluar si renunciar a tu empleo es una buena opción. Si eres infeliz pero no por el empleo, será mejor que busques ayuda fuera de la oficina.
- Construye relaciones personales. Intenta hacer que el tiempo en el trabajo pase lo más agradable posible. Tener a alguien con quien hablar de vez en cuando, viene muy bien. Además, esto te ayudará a generar una red de contactos efectiva que en su momento pueda ayudarte a cambiar de empresa.
- Involúcrate. Encuentra proyectos en los que te interese trabajar, ya sea para conocer gente nueva o para ganar experiencia que puedas poner en tu currículo. Trabajar en un proyecto puede ayudarte a combatir el aburrimiento y darte nuevas fuentes de inspiración.
- Habla con tu jefe. Cuéntale lo que te molesta y tal vez lo podáis solucionar (siempre que el problema no sea él, claro).
- Sé profesional. Si decides renunciar, procura hacer bien tu trabajo hasta el último día para que luego puedan recomendarte.
- Fija tus metas personales. Piensa en dónde quieres estar dentro de cinco años y si tu actual puesto te ayudará a llegar a ese lugar.
- No te desquites con los demás porque eres infeliz en tu trabajo. Puedes hablar con ellos sobre tu disconformidad pero hasta cierto punto.
- Dedícate tiempo. si después del trabajo llevas otro tipo de vida: deportes, amigos, familia, cualquier hobbie que te guste, seguramente, no se te hará tan duro ir a trabajar, porque después del trabajo, hay algo más.
¿Te gusta tu trabajo?
Muchos son los casos de infelicidad en el trabajo. Si esas personas se hicieran las preguntas que recomienda este artículo, muchas de ellas cambiarían de actitud. Lo fácil es echar siempre la culpa al «empedrado».
Enhorabuena por el artículo
En un país donde la mentalidad de las empresas es tener 4 donde tendría que haber 8 es dificil ser feliz, donde la formación la tienes que hacer en tu casa después de echar 8, 9, 10 horas sin parar y con jornadas que ocupan casi todo el día, en trabajos donde apenas da tiempo de respirar, donde el teléfono no para, donde todo abolutamente todo es ¡URGENTE! ¿qué solución le damos a eso? Hay que cambiar el chip a nivel general, si no lo hacemos acabaremos bastante mal todos.
Que gran mezcla los dos artículos, puesto que a mi modo de entender ambos tienen bastaste razon, es decir, en ocasiones no mostramos el interes suficiente en el trabajo, voy hago mi trabajo y me marcho, eso puede llegar a ser tedioso y muy duro, pero no es menos cierto lo que dice la segunda opinión, puesto q para poder hacer algo mas q tu trabajo, para que te sientas valorado y apreciado en la empresa deberíamos tener algun tipo de incentivo (horario, formación, salario,…), puesto que sino en cuento puedo me marcho.