Aún me sigo encontrando gente que asocia la palabra Marketing a un simple anuncio en la tele o un folleto que le llega a casa.
Claro, nosotros en nuestra empresa hacemos mucho Marketing, tenemos una persona encargada de hacer pegatinas, caramelos, la papelería, regalos para los comerciales, los folletos y catálogos y en navidad se encarga de preparar la fiesta de la empresa y comprar los regalos.
¡Pobre “chic@ de Marketing”!, ¡Cómo molan sus funciones!. No es nada raro encontrarte esto en la mayoría de las empresas, sobre todo de corte español, más bien con directivos o gerentes de más de 50 años y bastante chapados a la antigua. De los de comentarios tipo:
No, esto es así porque siempre ha sido así y además yo sé que funciona. Llevamos haciendo esto desde los tiempos de cuando Franco era corneta y además nos va bien, para qué cambiar.
Si trabajas en Marketing y tu función exclusiva es hacer folletos, no eres una persona Marketiniana eres un “folletero”. Siento decirlo tan bruscamente pero es así. Por supuesto no es culpa tuya, todos somos unos mandados, si nos dicen que hagamos folletos pues folletos, si son caramelos para la entrada, pues los haces de sabores y con azúcar que no caducan. Pero no significa que esas sean las funciones de una persona responsable del Marketing, aunque es muy típico que se cuelen todos los trabajos de difícil clasificación y que tengan logotipo.
Me cuesta creer que haya empresas que aún sobrevivan con esta filosofía, pero la crisis seguramente pondrá a muchas en su lugar. O no…
Realmente ¿qué es el Marketing y por qué lo necesitamos?
Definiciones de Marketing hay muchísimas. Si se teclea “qué es Marketing” en Google te aparecen más de 42 mill de resultados. Creo que no es necesario aprenderse todas, para mí la mejor sería:
Marketing es tener el producto adecuado, en el momento adecuado, adaptado a la demanda, en el tiempo correcto y con el precio mas justo.
Aunque si queréis algo más fácil, yo lo resumo básicamente como:
El Marketing es una filosofía empresarial de orientación al cliente.
La gran diferencia de las empresas que hacen Marketing o se las considera Marketinianas frente a las que no lo son, es que estas últimas están orientadas a la producción o al producto en sí, es decir fabrican algo y luego fuerzan la venta. Fabrican lo que “creen” que se va a vender y luego a intentar presionar a la red comercial para que se venda. La mitad de las veces con grandes descuentos porque no hay manera de sacar eso al mercado.
Pero ¿por qué? Porque sería muy bueno, bonito e incluso barato, pero no era lo que quería el cliente. No se molestaron ni en preguntar qué es lo que le gustaba, si lo quería así o asá, si ese era el precio que estaba dispuesto a pagar. Nada. ¿Para qué? Si nosotros somos muy listos y sabemos lo que es bueno.
Error. ¡Que estamos en el siglo XXI!, que hay una supersaturación de productos y servicios en el mercado. La gente encuentra todo lo que quiere o casi, y la clave para triunfar está en saber exactamente lo que quiere, cuándo lo quiere y dárselo.
Por tanto la clave y función básica del Marketing es conocer en profundidad al principal activo de nuestro negocio “el cliente”, aquellos a los que nos queremos dirigir.
Analicemos cómo son y que necesidades o deseos no tienen cubiertos. Cuando ya los conozco, defino el qué. Selecciono qué producto o servicio se adecua mejor a sus necesidades y deseos y sobre todo qué le ofrezco yo a más de la competencia.
Sé que parece muy teórico, pero francamente no es tan difícil, es un cambio de mentalidad. Si vamos a abrir un negocio, me da igual de lo que sea… una frutería. Tendremos que estudiar bien a quien nos vamos a dirigir, dónde y cómo. No es lo mismo abrirlo para un público que para otro. Ni todos querrán los mismos productos ni servicios, si es un barrio donde tu público objetivo son grandes familias en zona residencial, igual quieren ofertas por gran cantidad, que se les lleve el producto a casa para no ir cargado…; si es zona de inmigrantes, tendremos que vender productos acordes con sus gustos; si es zona de oficinas igual tenemos que preparar pequeñas bandejas de frutas ya lavadas y listas para llevar y comer.
Todo es cuestión de parar un momento, observar, analizar bien a quien nos queremos dirigir, detectar qué es lo que está demandando y además no está encontrando en otros sitios.
Y por supuesto, actuar. Muchas veces, no nos movemos por miedo o pereza. No tengamos miedo a vender, si es algo que el cliente necesita y quiere, no nos costará venderlo e incluso él mismo nos lo demandará.
Y luego, si queremos, hacemos un folleto.
y recordemos que para conocer lo que necesita el cliente, no hace falta siempre depender de grandes recursos en investigación de mercados. No es obligatorio (aunque no está de más) el uso de cuestionarios o encuestas a través de Internet.
Tenemos una fuente de información en nuestro personal de contacto: vendedores, almacenistas, facturistas, cobradores y todo el personal de la empresa que está cerca del consumidor puede obtener información valiosa. Sólo hace falta querer escuchar y salir del despacho y hacer unas cuantas preguntas.
Muy buen aporte. Considero que hoy más que nunca el marketing es muy necesario. La gran cantidad de opciones que poseen las personas a la hora de comprar un producto o adquirir un servicio hace que el marketing en los empresas o negocios sea fundamental.