Yo quiero una black card

Hay una cosa que me encanta de España y que nos distingue frente a otros países, y es lo de sacar chiste de cualquier cosa que nos pase.

Si es que aunque no nos lo creamos somos creativos a tope. Y sino ¿que me decís de esta promoción que ha puesto en marcha la marca Heilige & Sünder?

Aunque parezcan suecos, no lo son. Son una empresa de Elche especializada en bolsos y complementos, y han decidido aprovechar el escándalo de las tarjetas opacas para hacer algo parecido con sus mejores clientes.

La marca ha creado una línea de “black cards” para sus 50 mejores clientes VIP. Con ellas podrán adquirir sus productos sin dejar rastro, sin tener que pagarlos en el acto y sin exenciones fiscales.

¡Es buenísimo! En el fondo todos soñamos con tener una tarjeta negra de Bankia o no?  A ver quién es el que se puede resistir a una tarjetita de crédito ilimitado.

Los clientes de esta marca han recibido un gran sobre negro con el mensaje “Caprichos VIP que no se pagan” grabado en oro, por supuesto. Al abrirlo, la carta interior les comunicaba que habían sido seleccionados como portadores de una de las 50 “black cards” que Heilige & Sünder ha creado para recompensar a sus clientes preferentes.

Junto con la tarjeta que se les envía,  se detallan sus principales ventajas y condiciones de uso:

total confidencialidad (no figurará en ningún fichero contable y nadie sabrá que existe); total exención fiscal (se les descontará el 21% del IVA); y total exclusividad (a diferencia del resto de clientes comunes, que no podrán beneficiarse).

Además,  los titulares de la tarjeta opaca podrán llevarse cualquier producto, en cualquiera de los puntos de venta oficiales, y no pagarlo. Al menos al instante. Aunque, como sucede en estos casos, al final deberán pagarlo (“con su dinero o el de otros”), pasados unos meses.

Antes de hacer uso de ella, eso sí, en la carta se les advierte de que no deben comentar este asunto con nadie, que “la Black Card de Heilige & Sünder no se solicita en tienda, sólo se recibe si se es VIP” y que si alguien lo hace, “diremos que se trata de una leyenda urbana, y nos haremos los longuis… como siempre se hace en estas situaciones”.

Con esta acción tan original, para la que la marca ha trabajado con la agencia Slump, han querido parodiar y sacarle algo de partido al fenómeno de las ‘tarjetas negras’. “Queríamos tener un detalle con nuestros mejores clientes, los que mayor volumen de compras nos han realizado; y las tarjetas regalo o los descuentos directos no llegan a ser, ni de lejos, tan atractivos como las condiciones de las black cards”, asegura  en un comunicado Emilio Fernández, director creativo ejecutivo y propietario de la marca.

Totalmente de acuerdo. En el fondo nos corroe la envidia. Yo quiero una de esas.

¿Qué os parece la campaña publicitaria?