Se puede definir a un psicópata como una persona con una conducta amoral o antisocial, alguien que muestra el egocentrismo, o una persona que carece de empatía y la capacidad de establecer relaciones personales significativas.
¿Qué rasgos les caracterizan en el mundo laboral?
- Falta de empatía y sensibilidad: si algo que caracteriza a los psicópatas en su insensibilidad hacia las emociones de los demás; pueden imaginar qué piensas o qué sientes pero jamás podrán comprenderlo, ni tampoco sentirlo. Y lo que es peor, les da igual. Puedes apelar a su empatía todo lo que quieras, si tu jefe es un psicópata le va a dar exactamente igual que tu madre esté en el hospital.
- Ausencia de sentimientos de culpa: el psicópata no va a sentir remordimientos ni angustia hacia el dolor ajeno. Nunca acepta su responsabilidad y suele culpabilizar a los demás. Ese compañero que jamás tiene la culpa de nada; ese jefe que reacciona mal cuando se le piden explicaciones. Suele suceder que, ante una denuncia de acoso, el psicópata diga que el acosador era la propia víctima.
- Frialdad afectiva: sus reacciones son tan frías, que te dejan helado; y es que los psicópatas no experimentan las emociones como el resto de personas. Parecen calmados y correctos, incluso hay quien podría pensar que son muy buenos gestionando sus emociones; pero los expertos dicen que son como ollas a presión, si alguien perjudica sus objetivos o daña su narcisismo, su ira podría ser terrible. Si tu jefe es “Dr Jekyll y mr Hyde”, podría ser un psicópata. ¡Ah! Y no te dejes engañar cuando parecen afectados por algo; son muy buenos actores y saben fingir muy bien sus emociones.
- Encanto superficial: casi todos los psicópatas son camaleones sociales, capaces de adaptarse perfectamente a cada situación, despertar simpatías y ganarse la confianza de la gente. Parecen no tener defectos, son educados, considerados y amables. Pero es una máscara tras la que se oculta una persona oscura y fría. No siempre consiguen mantener esa máscara y, a la larga, las personas que conviven diariamente con ellos, acaban notando que algo no anda bien.
- Son expertos en mentiras: Mienten compulsivamente y sin pestañear. Si has pillado varias mentiras de las que nada podías sospechar, empieza a sospechar.
- Son manipuladores y oportunistas: esta es su principal arma en el trabajo y, por ello, suelen ascender hasta ocupar altos cargos. Se ganan tu confianza, tratan de provocar compasión hacia ellos, son imprecisos y ambiguos, hasta el punto de hacerte dudar de lo que piensas. Muchos de ellos carecen de creatividad o motivación (capacidades muy relacionadas con las emociones), por lo que parasitan a algún compañero o subordinado, le roban las ideas o le encasquetan el trabajo sucio. Si tienes constantes malentendidos, si dudas de ti mismo o sientes que haces cosas que no quieres, estás siendo manipulado.
- Lazos afectivos superficiales: Si sirves a sus objetivos, serán tus mejores amigos; hasta que ya no te necesiten, entonces te tirarán a la basura. A un psicópata no le importas nada.
- Egocentrismo y narcisismo desproporcionado: centrados totalmente en sus propios intereses y objetivos, suelen ser arrogantes, prepotentes, siempre en posesión de la verdad absoluta (y, si no la tienen, recuerda que te manipularán y mentirán para que la creas). Este narcisismo suele esconder profundas inseguridades, que van a proyectar en las personas que les rodean; se crecen cuando hacen al otro pequeño.
- Necesidad de control: suelen sentir la necesidad de controlar el ambiente que les rodea, en un intento de ganar seguridad en sí mismos.
- Sed de poder: la máxima expresión del control se consigue al alcanzar puestos de mando. Cualquier puesto de poder es atractivo para el psicópata, que intentará conseguirlo a cualquier precio.
¿Es todo esto un rasgo negativo? Según el psicólogo experimental de la Universidad de Oxford, Kevin Dutton, podemos aprender muchas cosas de ellos para mejorar nuestras relaciones en el mundo laboral.
Cree que todos podríamos beneficiarnos de actuar de forma implacable, audaz, confiada, centrada, mentalmente fuerte, encantadora y carismática… en resumen, cumpliendo todas características del psicópata típico. Porque ninguna de ellas es un problema en sí misma, sino que la situación se vuelve peligrosa cuando «todas esas características se intensifican demasiado: ahí es cuando el individuo comienza a convertirse en disfuncional».
En su último libro, «La sabiduría de los psicópatas», argumenta que adoptar ciertas características psicopáticas pueden ayudarnos desempeñarnos mejor laboralmente. Por ejemplo, los psicópatas tienden a no tomarse las cosas personalmente «y no se autoflagelan cuando las cosas salen mal», afirma el autor.
«Si estás pidiendo un aumento de sueldo, es muy posible que te sientas ansioso. ¿Qué pasará si no te lo dan? ¿Qué pensará tu jefe de ti? Bueno, saca valentía de tus convicciones y simplemente inténtalo. No te concentres en lo negativo, sino en lo positivo», añade. Para el psicólogo, al hacer aquello que proporciona más confianza, se incrementan las posibilidades de tener éxito.
Incluso una falta de sensibilidad para con los otros, común entre psicópatas, puede resultar útil en ciertos empleos y ocupaciones. «Imagínate que tienes las habilidades que se requieren para convertirte en un gran cirujano, pero que no puedes mantener la distancia emocional con la persona que estás operando. Un doctor me dijo una vez que sólo por plantearte que esa persona es la esposa o el marido de alguien, empiezas a caminar en una cuerda floja emocional que pone en peligro tu trabajo», explica Dutton. Este es el tipo de situación en que distanciarte de la gente puede predisponerte al éxito.
¿Eres un psicópata en tu trabajo?