Periódicamente salen publicados rankings sobre las mejores empresas para trabajar, o cuáles son las empresas líderes del momento. Para elaborar estos estudios se cogen unos baremos y se analizan, de ahí que dependiendo de los baremos que se usen para realizar estos estudios, los resultados pueden llegar a ser diferentes.
Lo que sí está claro es que todas las empresas luchan por ser productivas, y si además puede ser, que sus empleados trabajen a gusto (aunque creo que deberían pensar primero en lo segundo, para conseguir lo primero). Tal y como estamos ahora en esta situación de crisis, en muchos casos hay que hacer reestructuraciones que al principio, casi nunca son bien recibidas porque siempre pensamos que van a ir a peor. Entonces, ¿qué debe hacer la empresa para que los programas que se pongan en marcha sean verdaderamente efectivos? La consultora Bain & Company ha elaborado un decálogo sobre las diez preguntas que hay que tener en cuenta a la hora de acometer un cambio que afecte a la organización:
- Establecer prioridades: «entender cuáles son las prioridades conduce a las buenas decisiones». Por eso, los directivos deben preguntarse si tienen claros los objetivos y las determinaciones que hay que tomar para alcanzarlos. «Sólo unas pocas prioridades guían la toma de decisiones para alcanzar los propósitos».
- Alineamiento: Los empleados son los que ponen en práctica las decisiones que toman los altos mandos. ¿La plantilla dispone de información para actuar? ¿Conoce la estrategia? Pon en marcha mecanismos para dar a conocer los cambios, es decir, potencia la comunicación interna, y explícaselo a tus colaboradores.
- Roles: «La cuestión no es quién informa a quién, sino cuál es el papel que desempeña cada uno y qué responsabilidades tiene». Si cada uno sabe lo que tiene que hacer, tomará las decisiones adecuadas.
- Estructura: La cuestión habitual es preguntarse si la estructura de la compañía se alinea con la estrategia. Pero lo más efectivo, es plantearse si la estructura organizativa sostiene las decisiones que afectan al negocio.
- Procesos: ¿Todo aquello que ponemos en marcha está orientado a lograr efectividad, a la toma de decisiones oportunas y a ponerlas en marcha?
- Información: El equipo debe disponer de los datos necesarios y en el formato adecuado para que decidan y actúen de manera eficiente.
- Personas: Los empleados deben hacer lo que mejor saben, es decir, el talento hay que explotarlo. Por eso, la cuestión que las organizaciones tienen que plantearse es si los mejores desempeñan la función correspondiente para decidir correctamente.
- Incentivos: El programa de incentivos tiene que destinarse para aquellos que toman y ejecutan las decisiones de negocio.
- Conducta de los líderes: Las compañías se preguntan si sus equipos son efectivos. Pero la cuestión correcta es si los líderes toman decisiones correctas y coherentes.
- Cultura: Las decisiones modifican la cultura de la organización. ¿De qué manera la cambian?
¿Has pasado por algún cambio en tu empresa? ¿Cómo lo han afrontado?