San Valentín y el trabajo

Ohhh! Este sábado celebramos el Día del Amor: San Valentín. Hay quienes estarán de acuerdo con celebrar este día y habrá quienes no, pero inevitablemente, el día está ahí. Tal vez sea una tradición anglosajona, pero es que cada vez está más extendida por nuestro país.

Las joyerías, floristerías y restaurantes entre otros hacen su particular agosto.

No se si a alguno le parecerá un poco frívolo lo que os voy a contar, pero es que en Forbes publican que no hay mucha diferencia entre buscar el éxito en la vida sentimental y el éxito en la vida profesional, ya que ambas son formas de triunfar. Veamos las similitudes:

Escoger un mercado en expansión. Hay que saber dónde buscar tanto si se trata del amor como de un puesto de trabajo. Hay que saber qué sectores están en auge y cuáles no para hacerse un experto en los primeros y descartar los segundos por mucho que nos atraigan.

Entender el mercado. Además de saber lo que buscas, es importante conocer la oferta y la demanda del mercado. Tanto en el trabajo como en el amor, es tontería intentar vender algo que no se demanda por mucho que lo intentes.

Saber qué conexiones funcionan. Hay que ser rápido identificando las relaciones, tanto en el trabajo como en el amor, que funcionan y las que no. Porque si funcionan hay que cuidarlas bien desde el principio, y porque si no hay que dedicarles un esfuerzo muy relativo antes de aceptarlo e ir a por otro socio.

Construir una imagen sólida. Es necesario, tanto en el entorno laboral como en el sentimental construirse una imagen para proyectar ante los demás. Este posicionamiento debe contemplar nuestros principios, nuestras creencias, en qué estamos dispuestos a ceder y en qué no.

Orientarse a los resultados. Siempre hay que tener en mente el objetivo final de la carrera, porque los pasos a dar varían según si buscamos un puesto estable, si buscamos probar distintas experiencias o si buscamos hacerlo todo solos. Eso nos permitirá definir y corregir la estrategia para llegar al punto deseado.

Contar con el equipo adecuado. No hay nada que supere la fuerza de un equipo compenetrado ni en el trabajo ni en el amor. Igual que necesitas que tus colegas te ayuden ante tu jefe en las tareas profesionales, los amigos resultan imprescindibles en las tareas sentimentales. Hay que tener muy en cuenta su opinión antes de tomar cualquier decisión, especialmente cuando estamos cegados.

Mantener el valor añadido. Una vez que nos han contratado, tenemos que esforzarnos por mantener aquello que hizo que nos eligieran a nosotros, o por lo que conseguimos la cita que tanto buscábamos. No dejemos que el paso del tiempo nos haga peores profesionales …¡ni peores amantes! La experiencia solo puede servir para ir a más.

 ¿Qué más tienen en común el amor y el trabajo?