Comienza el día y tienes muy buenos propósitos. El día está bastante bien planificado y aparentemente vas a poder cumplirlo todo. ¿Pero qué ha pasado? Son las 6 de la tarde ( o más) y aún no has hecho la mitad de las cosas que pretendías hacer!!
Está claro, no has sido muy productivo. Hay que ver por qué, esto no puede volver a pasar. Éstas son algunas de las cosas que posiblemente te hayan pasado:
No has priorizado. Tal vez has comenzado por las cosas menos importantes dejando para el final del día lo más importante, pero no te ha dado tiempo. Hay que saber priorizar y comenzar por lo más importante.
Has contestado a todas las llamadas. Ahora con las nuevas tecnologías posiblemente tengas un teléfono desde el que puedes ver quién te llama. No contestes todas las llamadas. Si estás en medio de una tarea importante y te llama un número que no sabes quién es, o sabes que es alguien que sólo te llama para hablar un rato, mejor deja que salte el buzón de voz, ya devolverás la llamada. Si coges todas las llamadas, sólo conseguirás distraerte.
Confiésalo: has procrastinado, es decir, has dejado de hacer lo que realmente tenías que haber hecho para hacer otras cosas más irrelevantes, pero posiblemente, más agradables. Está bien hacer esto durante un rato, cuando te tomes algún descanso, pero si eso te impide hacer tu trabajo, deberías planteártelo.
Te has permitido muchas distracciones. Además del teléfono, tenemos las redes sociales, el mail, el whatsapp…en fin, un montón de cosas que si no sabemos gestionar inteligentemente, nos pueden «comer» el día entero sin darnos cuenta. Tienes que aprender a gestionarte.
Has hecho multitarea. Ya quedó atrás el hecho de que hacer multitarea era sinónimo de efectividadd. Las cosas de una en una. Como intentes hacer varias a la vez, al final no acabaras ninguna y las harás todas de forma bastante mediocre.
No has sabido delegar. Es verdad, no es fácil, pero es mucho peor hacerlo tú todo. te conviene invertir parte de tu tiempo en explicar a los miembros de tu equipo ciertas cosas, a la larga, te quitarás mucho trabajo de encima.
No te has beneficiado de las nuevas tecnologías. Para eso están, para darnos ventajas y ahorrarnos un montón de tiempo: que quieres buscar dónde venden determinada cosa: en vez de llamar tienda por tienda, lo buscas en internet, que quieres sabes un número de teléfono, lo buscas. De verdad, las nuevas tecnologías han venido para ayudarnos.
No has aprendido de tus errores. Si te pasa lo mismo todos los días, es porque no te has parado a pensar qué es lo que te hace improductivo. Párate, analízalo y corrígelo.
¿Qué hábitos tienes que te hacen improductivo?
Tengo la atención dispersa, estoy haciendo una cosa, me acuerdo de otra y la empiezo para que no se me olvide, perdiendo la atención a la primera que luego tengo que retomar.
En fin, que pierdo tiempo con este trajín. Trato de seguir un orden pero me cuesta.