Hay personas que son realmente adictas al trabajo. No saben separar la vida laboral de la personal: trabajan en la oficina, trabajan cuando llegan a casa, trabajan los fines de semana…Otras en cambio, no tienen más remedio que llevarse trabajo a casa y no porque quieran, si no porque es «obligatorio» .
Un estudio realizado por Regus, demuestra que el 42% de los empleados españoles se lleva trabajo a casa mínimo tres veces por semana. En el caso de las pymes este porcentaje se eleva a un 48% y baja hasta un 29% en el caso de los empleados de grandes compañías.
Este estudio revela que un 10% de los trabajadores de nuestro país trabaja de manera regular más de once horas diarias. Este porcentaje aumenta hasta un 14% en el caso de los remotos o itinerantes mientras que el personal de oficina se queda en un 6%.
Desde Regus apuntan que el estudio demuestra que la línea entre trabajo y vida personal se está difuminando en nuestro país. Además advierten que los efectos a largo plazo de este exceso de trabajo podrían ser perjudiciales para la salud de los trabajadores y para la productividad de las empresas en general.
En una encuesta que realicé preguntando si os llevábais trabajo a casa, el resultado fue que el 46% sí se lo llevaba, frente al 54% que no.
La adicción al trabajo no deja de ser una enfermedad y desafortunadamente, como sucede con otras adicciones, a menudo conlleva a la negación de que existe una dependencia.
El hecho de llevarte habitualmente trabajo a casa, hará que no desconectes de la oficina y aumente tu nivel de estrés, por no decir la importancia que tiene dedicarse tiempo a uno mismo.
Pero también están los que defienden esta adicción al trabajo, así el profesor de management Yehuda Baruch, compara la adicción al trabajo con la adicción al chocolate:
Disfrutar de ese manjar no tiene por qué ser una condición debilitante. Puede ser saludable y reporta placer y energía. De forma similar, los workaholics reciben la contraprestación del disfrute por el trabajo. Si esto no menoscaba la propia salud mental o física, no hay motivo para prohibir lo que les reporta satisfacción.
Según él, no se trata de enfermos por el trabajo, ni de locos. Es gente que quiere dejar las cosas hechas, y esto es lo único que puede colmar sus ansias de realización.
Además, advierte que esa adicción debe ser autoimpuesta, y no obligada. Se trata de una motivación positiva. El problema llega cuando se trata de una obligación no deseada, por la necesidad de conseguir dinero extra o por la imposición de un jefe tóxico que nos explota.
Si te llevas trabajo a casa, ¿es algo autoimpuesto u obligado?
En mi casa entra mi vida y nada de trabajo. Si fuera algo mio, tal vez otro gallo cantaría, pero no me van a hacer heredero, así que no
Al principio entré con tantas ganas y de hacer las cosas perfectas, que me llevé trabajo a casa, esto ha hecho que me cree una obligación que quisiera ir dejando pero me resulta dificil porque parece que entra en mi jornada laboral pero sin retribuir
Yo siempre me llevo trabajo a casa. No he tenido más remedio. De todos modos hay profesiones y profesiones.
Si estuviera en una oficina seguro que no me llevaría nada y mucho menos si fuera una fábrica.
Es verdad, los de las fábricas se quejan de que tienen un trabajo duro físicamente, yo no digo que no, pero vamos, que si hacen un minuto de más, se lo pagan y de llevarse trabajo a casa, nada de nada.
Yo hay semanaas que duermo muy poco porque no me queda más remedio que llevarme trabajo a casa y también me gusta estar con mi familia….