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Es probable que las dificultades que atraviesa Portugal contagien a España "si bien sus finanzas públicas se encuentran en una posición más fuerte, seguimos preocupados por la capacidad de los bancos españoles para financiarse a medio y largo plazo".
En este sentido, cree que el sistema financiero necesita una inyección extra de capital, en una horquilla entre 43.000 y 80.000 millones de euros, en función del tamaño de las pérdidas (utilizando para el cálculo los dos escenarios contemplados en los test de estrés). No obstante, también explica que si finalmente se abren los mercados de capitales para las grandes cajas de ahorro, la cantidad a aportar por el Gobierno español podría reducirse hasta sólo 24.000 millones, además de los 15.000 ya prestados a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).
La entidad señala que tanto Santander como BBVA son dos bancos muy atractivos, mientras que las cajas de ahorro son el principal riesgo, junto con las pérdidas ocasionadas por la exposición al sector inmobiliario, definido por Nomura como el "esqueleto en el armario". Considera que aunque los test de estrés han sido útiles, el colchón calculado para absorber las potenciales pérdidas podría quedarse corto en el caso de algunas cajas, que podrían acercarse más al escenario más adverso que al escenario base. Si se diera este caso, Nomura considera poco probable que los mercados quisieran financiarlas a medio plazo.
En cualquier caso, aún en el peor de los supuestos, la necesidad de capital no superaría el 8 por 100 del Producto Interior Bruto Español (casi un 10 si se suma lo ya aportado por el Frob), un porcentaje que Nomura califica como muy asumible.
Nomura exluye para el cálculo a Santander, BBVA y a La Caixa. El escenario utilizado es el que prevé el máximo de pérdidas, equivalentes al 15,8 por 100 de los activos ponderados por riesgo: 142.000 millones de euros. De este importe, 34.000 millones estarían cubiertos por las provisiones existentes, 13.000 millones procederían del beneficio operativo de un ejercicio y otros 15.000 millones del Frob o del Fondo de Garantía de Depósitos. Sumando estos tres conceptos, faltarían 80.000 millones para llegar a las supuestas pérdidas.
En este caso, además de las tres entidades anteriores, quedan fuera los otros tres bancos cotizados (Popular, Sabadell y Bankinter) porque Nomura cree que, en caso de necesitar capital, pueden conseguirlo en el mercado y el BBK Bank, cuyo capital Tier 1 es del 15 por 100. El escenario es el intermedio: pérdidas del 13,2 por 100 de los activos ponderados por riesgo, que supondrían 92.000 millones. Restando 27.000 millones ya provisionados y otros 7.000 del beneficio operativo de un año, y los citados 15.000 millones, la diferencia son esos 43.000 millones.
Nomura, además, cree que el SIP de Caja Madrid y Bancaja se llevaría hasta el 27 por 100 de estos requerimientos adicionales, lo que significa entre 16.000 y 11.500 millones, según uno u otro escenario.
En este sentido, cree que el sistema financiero necesita una inyección extra de capital, en una horquilla entre 43.000 y 80.000 millones de euros, en función del tamaño de las pérdidas (utilizando para el cálculo los dos escenarios contemplados en los test de estrés). No obstante, también explica que si finalmente se abren los mercados de capitales para las grandes cajas de ahorro, la cantidad a aportar por el Gobierno español podría reducirse hasta sólo 24.000 millones, además de los 15.000 ya prestados a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).
La entidad señala que tanto Santander como BBVA son dos bancos muy atractivos, mientras que las cajas de ahorro son el principal riesgo, junto con las pérdidas ocasionadas por la exposición al sector inmobiliario, definido por Nomura como el "esqueleto en el armario". Considera que aunque los test de estrés han sido útiles, el colchón calculado para absorber las potenciales pérdidas podría quedarse corto en el caso de algunas cajas, que podrían acercarse más al escenario más adverso que al escenario base. Si se diera este caso, Nomura considera poco probable que los mercados quisieran financiarlas a medio plazo.
En cualquier caso, aún en el peor de los supuestos, la necesidad de capital no superaría el 8 por 100 del Producto Interior Bruto Español (casi un 10 si se suma lo ya aportado por el Frob), un porcentaje que Nomura califica como muy asumible.
Nomura exluye para el cálculo a Santander, BBVA y a La Caixa. El escenario utilizado es el que prevé el máximo de pérdidas, equivalentes al 15,8 por 100 de los activos ponderados por riesgo: 142.000 millones de euros. De este importe, 34.000 millones estarían cubiertos por las provisiones existentes, 13.000 millones procederían del beneficio operativo de un ejercicio y otros 15.000 millones del Frob o del Fondo de Garantía de Depósitos. Sumando estos tres conceptos, faltarían 80.000 millones para llegar a las supuestas pérdidas.
En este caso, además de las tres entidades anteriores, quedan fuera los otros tres bancos cotizados (Popular, Sabadell y Bankinter) porque Nomura cree que, en caso de necesitar capital, pueden conseguirlo en el mercado y el BBK Bank, cuyo capital Tier 1 es del 15 por 100. El escenario es el intermedio: pérdidas del 13,2 por 100 de los activos ponderados por riesgo, que supondrían 92.000 millones. Restando 27.000 millones ya provisionados y otros 7.000 del beneficio operativo de un año, y los citados 15.000 millones, la diferencia son esos 43.000 millones.
Nomura, además, cree que el SIP de Caja Madrid y Bancaja se llevaría hasta el 27 por 100 de estos requerimientos adicionales, lo que significa entre 16.000 y 11.500 millones, según uno u otro escenario.