En primer lugar hubo pérdidas de cosechas en varias regiones del mundo, después, algunos países impusieron restricciones a las exportaciones; y, en tercer lugar, se produjeron algunos tumultos por el aumento en los precios de los alimentos.
El resultado de todo esto es que las naciones obligadas a importar alimentos básicos han respondido con un marcado incremento en las compras y el almacenamiento de granos, lo que hizo trepar aún más los precios de los commodities agrícolas.
Esto replica lo que ocurrió en la crisis alimentaria de 2007/2008, cuando el costo de commodities como el trigo y el maíz, por ejemplo, llegaron a picos históricos.
Como ocurrió en aquel momento, la aceleración en las compras fue disparada por un amplio espectro de países en desarrollo en los que los gobiernos reaccionan a la creciente intranquilidad social ante el aumento en los precios internos de la comida.
Estamos viendo mucha preocupación por los aumentos en los precios y por la seguridad alimentaria, lo que incrementa las compras, explicó Erin Fitzpatrick, un analista del área de granos de Rabobank, que es uno de los principales bancos que brinda crédito al sector de los agronegocios.
Sin embargo, los operadores señalan que el llamado efecto acordeón, en el que los gobiernos compran más hoy para protegerse de los aumentos en los precios que habrá mañana, lo único que hace es adelantar cualquier incremento en los precios.
Las compras extra han sido particularmente voluminosas por parte de países del Norte de Africa y de Medio Oriente, regiones que son más dependientes de los mercados internacionales para su abastecimiento.
Argelia compró 800.000 toneladas de trigo el miércoles pasado, con lo que llevó su total desde principios de año a 1,7 millones de toneladas. Los analistas han dicho que, aunque este país es uno de los mayores importadores de trigo del mundo y adquiere entre 5 y 5,5 millones de toneladas anuales, sus compras en lo que va de 2011 parecen superar bastante sus patrones normales.
Arabia Saudita, que figura entre los 10 mayores importadores de trigo, ha dicho que planea duplicar el tamaño de su stock de este cereal para cubrir la demanda de un año.
Y no se trata sólo del trigo. Los importadores asiáticos de arroz también han incrementado la frecuencia y el volumen de sus compras, pese a que el costo de este commodity está aumentando de manera moderada porque la oferta es amplia.
Bangladesh, uno de los tres mayores importadores de arroz del mundo, incrementó ayer su meta de compras en el extranjero a 1,2 millones de toneladas. Su estimación inicial era de 600.000 toneladas.
JAVIER BLAS – Financial Times
El resultado de todo esto es que las naciones obligadas a importar alimentos básicos han respondido con un marcado incremento en las compras y el almacenamiento de granos, lo que hizo trepar aún más los precios de los commodities agrícolas.
Esto replica lo que ocurrió en la crisis alimentaria de 2007/2008, cuando el costo de commodities como el trigo y el maíz, por ejemplo, llegaron a picos históricos.
Como ocurrió en aquel momento, la aceleración en las compras fue disparada por un amplio espectro de países en desarrollo en los que los gobiernos reaccionan a la creciente intranquilidad social ante el aumento en los precios internos de la comida.
Estamos viendo mucha preocupación por los aumentos en los precios y por la seguridad alimentaria, lo que incrementa las compras, explicó Erin Fitzpatrick, un analista del área de granos de Rabobank, que es uno de los principales bancos que brinda crédito al sector de los agronegocios.
Sin embargo, los operadores señalan que el llamado efecto acordeón, en el que los gobiernos compran más hoy para protegerse de los aumentos en los precios que habrá mañana, lo único que hace es adelantar cualquier incremento en los precios.
Las compras extra han sido particularmente voluminosas por parte de países del Norte de Africa y de Medio Oriente, regiones que son más dependientes de los mercados internacionales para su abastecimiento.
Argelia compró 800.000 toneladas de trigo el miércoles pasado, con lo que llevó su total desde principios de año a 1,7 millones de toneladas. Los analistas han dicho que, aunque este país es uno de los mayores importadores de trigo del mundo y adquiere entre 5 y 5,5 millones de toneladas anuales, sus compras en lo que va de 2011 parecen superar bastante sus patrones normales.
Arabia Saudita, que figura entre los 10 mayores importadores de trigo, ha dicho que planea duplicar el tamaño de su stock de este cereal para cubrir la demanda de un año.
Y no se trata sólo del trigo. Los importadores asiáticos de arroz también han incrementado la frecuencia y el volumen de sus compras, pese a que el costo de este commodity está aumentando de manera moderada porque la oferta es amplia.
Bangladesh, uno de los tres mayores importadores de arroz del mundo, incrementó ayer su meta de compras en el extranjero a 1,2 millones de toneladas. Su estimación inicial era de 600.000 toneladas.
JAVIER BLAS – Financial Times