La escasez de divisas pone a Cuba contra las cuerdas
El gobierno admite que la crisis la está ahogando
Mauricio Vicent
El País
LA HABANA.? Cuba se asfixia. Necesita aire. La falta de productividad y la ineficiencia de la economía, unida a una gravísima crisis de liquidez por la escasez de divisas, han puesto contra la pared al gobierno de Raúl Castro, que prepara un severo plan de ajuste para evitar una quiebra financiera. El presidente cubano encabezó esta semana una importante reunión del Parlamento para discutir el plan económico de 2010, un año que ?se admite ya abiertamente? estará marcado por las tensiones económicas extremas y el recorte de los gastos sociales.
Castro aseguró que, en medio de la crisis, es más necesario que nunca regresar a los planes quinquenales y al método de la "planificación", que ahora se convierte en "una necesidad vital para excluir los riesgos de la improvisación". Dijo que ya se trabaja en "la proyección 2011-2015". En las actuales condiciones, afirmó, se "privilegiarán" aquellas actividades que generan ingresos y sustituyen importaciones, así como la producción de alimentos.
Antes de Castro, el ministro de Economía, Marino Murillo, documentó la gravedad de la crisis económica al presentar el informe sobre el plan de la economía nacional y los presupuestos de cara al año próximo. El crecimiento del PBI en 2009, previsto al inicio del año en 6%, finalmente fue de 1,4%. El funcionario admitió que uno de los problemas más asfixiantes para la economía es la "marcada desaceleración de los flujos de divisas", que ha llevado al país a incumplir compromisos financieros y a encontrar muchas "dificultades para acceder a fuentes de financiamiento".
Murillo no mencionó directamente la situación de medio centenar de empresarios extranjeros a quienes los bancos cubanos retienen sus depósitos. Cálculos extraoficiales cifran en más de US$ 600 millones los fondos extranjeros que no se pueden transferir por la falta de liquidez, y no se adivina una solución a mediano plazo. "Los compromisos financieros existentes determinan que la situación sea muy tensa", admitió a los diputados. Castro dijo después que se honrarán los compromisos adquiridos.
El ministro cubano de Economía trazó un panorama más negro que gris de la crisis: en relación a 2008, este año las inversiones disminuyeron 16%, mientras que las exportaciones decrecieron 22% y las importaciones, 37,4%, una cifra descomunal que trae a la memoria de los cubanos infaustos recuerdos. Otros datos reveladores son que el sector industrial decreció 2% y que la productividad del trabajo, ya de por sí escasa en Cuba, cayó 1,1 por ciento.
La situación se vio agravada en 2009 por varios factores: la crisis internacional, el embargo estadounidense y las secuelas de los huracanes, que provocaron pérdidas por US$ 10.000 millones. Además, en el periodo bajaron los precios del níquel, principal producto cubano de exportación y descendieron los ingresos por concepto de turismo y de servicios ofrecidos a Venezuela. En resumen, una ruina...
"Y se prevé que las condiciones externas continuarán siendo muy difíciles en 2010", dijo Murillo. El plan para hacer frente a la situación se basa en un severo plan de ajuste, que incluye un control exhaustivo de los gastos, "concentrar las inversiones en aquellas áreas que aportan divisas en el corto plazo y sustituyan importaciones", disminuir los inventarios y "dar prioridad" a las producciones que generan exportaciones, y finalmente "reducir los gastos sociales" hasta niveles compatibles con las posibilidades de la economía.
© El País, SL
El gobierno admite que la crisis la está ahogando
Mauricio Vicent
El País
LA HABANA.? Cuba se asfixia. Necesita aire. La falta de productividad y la ineficiencia de la economía, unida a una gravísima crisis de liquidez por la escasez de divisas, han puesto contra la pared al gobierno de Raúl Castro, que prepara un severo plan de ajuste para evitar una quiebra financiera. El presidente cubano encabezó esta semana una importante reunión del Parlamento para discutir el plan económico de 2010, un año que ?se admite ya abiertamente? estará marcado por las tensiones económicas extremas y el recorte de los gastos sociales.
Castro aseguró que, en medio de la crisis, es más necesario que nunca regresar a los planes quinquenales y al método de la "planificación", que ahora se convierte en "una necesidad vital para excluir los riesgos de la improvisación". Dijo que ya se trabaja en "la proyección 2011-2015". En las actuales condiciones, afirmó, se "privilegiarán" aquellas actividades que generan ingresos y sustituyen importaciones, así como la producción de alimentos.
Antes de Castro, el ministro de Economía, Marino Murillo, documentó la gravedad de la crisis económica al presentar el informe sobre el plan de la economía nacional y los presupuestos de cara al año próximo. El crecimiento del PBI en 2009, previsto al inicio del año en 6%, finalmente fue de 1,4%. El funcionario admitió que uno de los problemas más asfixiantes para la economía es la "marcada desaceleración de los flujos de divisas", que ha llevado al país a incumplir compromisos financieros y a encontrar muchas "dificultades para acceder a fuentes de financiamiento".
Murillo no mencionó directamente la situación de medio centenar de empresarios extranjeros a quienes los bancos cubanos retienen sus depósitos. Cálculos extraoficiales cifran en más de US$ 600 millones los fondos extranjeros que no se pueden transferir por la falta de liquidez, y no se adivina una solución a mediano plazo. "Los compromisos financieros existentes determinan que la situación sea muy tensa", admitió a los diputados. Castro dijo después que se honrarán los compromisos adquiridos.
El ministro cubano de Economía trazó un panorama más negro que gris de la crisis: en relación a 2008, este año las inversiones disminuyeron 16%, mientras que las exportaciones decrecieron 22% y las importaciones, 37,4%, una cifra descomunal que trae a la memoria de los cubanos infaustos recuerdos. Otros datos reveladores son que el sector industrial decreció 2% y que la productividad del trabajo, ya de por sí escasa en Cuba, cayó 1,1 por ciento.
La situación se vio agravada en 2009 por varios factores: la crisis internacional, el embargo estadounidense y las secuelas de los huracanes, que provocaron pérdidas por US$ 10.000 millones. Además, en el periodo bajaron los precios del níquel, principal producto cubano de exportación y descendieron los ingresos por concepto de turismo y de servicios ofrecidos a Venezuela. En resumen, una ruina...
"Y se prevé que las condiciones externas continuarán siendo muy difíciles en 2010", dijo Murillo. El plan para hacer frente a la situación se basa en un severo plan de ajuste, que incluye un control exhaustivo de los gastos, "concentrar las inversiones en aquellas áreas que aportan divisas en el corto plazo y sustituyan importaciones", disminuir los inventarios y "dar prioridad" a las producciones que generan exportaciones, y finalmente "reducir los gastos sociales" hasta niveles compatibles con las posibilidades de la economía.
© El País, SL