Audaz (y desesperada) jugada de Obama para obtener su reforma sanitaria
"Todo lo que podía decirse sobre la reforma sanitaria ya se ha dicho y todo el que tenía que decir algo ya lo ha dicho. Así es que ya ha llegado el momento de tomar una decisión. Creo que el Congreso le debe al pueblo estadounidense un voto final sobre esta reforma", declaró el presidente Barack Obama en una intervención en la Casa Blanca junto a varios profesionales de la medicina.
Barack Obama pidió al Congreso aprobar la reforma sanitaria por mayoría simple, un instrumento reservado para los proyectos más urgentes y que puede ser interpretado por la opinión pública como una burla del procedimiento legislativo. "No sé qué consecuencias políticas tendrá, pero sé que es lo justo", admitió el Presidente estadounidense en su último y tal vez definitivo intento de sacar adelante la iniciativa más ambiciosa de su programa.
En USA hay un recurso que permite a un senador bloquear la aprobación de cualquier proyecto a menos que los promotores de la ley consigan 60 de los 100 escaños del Senado. A fin de que ese derecho no obstaculice iniciativas vitales, el reglamento incluye un procedimiento, llamado "de reconciliación", que autoriza la aprobación por mayoría simple de aquellas leyes que tengan un impacto determinante en los presupuestos. Es decir, es un procedimiento de urgencia.
Obama se encuentra obligado por el hecho de que los demócratas sólo cuentan con 59 asientos en el Senado.
"Lo que está en juego aquí", dijo ayer, "ya no es sólo nuestra capacidad de resolver el problema de la sanidad, sino nuestra capacidad de resolver cualquier problema. El pueblo estadounidense quiere saber si todavía es posible que Washington se preocupe por sus intereses y su futuro".
"El pueblo merece ese voto", según explicó Obama, aunque sea por mayoría simple, porque ha quedado demostrado que republicanos y demócratas tienen visiones ideológicas contrapuestas sobre el modelo sanitario y no vale la pena seguir discutiendo un año más sobre un asunto sobre el que jamás habrá un acuerdo.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, pronosticó que la aprobación de una ley de tanta trascendencia por mayoría simple desatará "una ola de ira" en la opinión pública republicana.
Pero las primeras reacciones demócratas indican, no obstante, que una mayoría del partido del Gobierno está a favor de la utilización de ese procedimiento.
Obama manifestó que el proyecto contiene 3 ámbitos principales de reforma:
> la eliminación de las prácticas abusivas de las compañías,
> la extensión a todos los ciudadanos de las mismas opciones de las que ahora disfrutan los miembros del Congreso, y
> la reducción de los costes globales del sistema sanitario.
La reforma costará US$ 100.000 millones anuales durante 10 años, que saldrán fundamentalmente, según Obama, de la reducción de los US$ 2 billones anuales que los estadounidenses gastan en salud.
"No creo que podamos dejar decisiones de vida y muerte para nosotros en manos únicamente de los ejecutivos de las compañías de seguros", declaró Obama.
El Presidente aseguró que esta última propuesta para la que ahora pide el voto "ha sido corregida y mejorada durante todo un año e incorpora las mejores ideas tanto de demócratas como de republicanos, incluyendo alguna de las ideas que los republicanos expusieron durante la reciente cumbre sobre la salud".
Fuente Ionline
"Todo lo que podía decirse sobre la reforma sanitaria ya se ha dicho y todo el que tenía que decir algo ya lo ha dicho. Así es que ya ha llegado el momento de tomar una decisión. Creo que el Congreso le debe al pueblo estadounidense un voto final sobre esta reforma", declaró el presidente Barack Obama en una intervención en la Casa Blanca junto a varios profesionales de la medicina.
Barack Obama pidió al Congreso aprobar la reforma sanitaria por mayoría simple, un instrumento reservado para los proyectos más urgentes y que puede ser interpretado por la opinión pública como una burla del procedimiento legislativo. "No sé qué consecuencias políticas tendrá, pero sé que es lo justo", admitió el Presidente estadounidense en su último y tal vez definitivo intento de sacar adelante la iniciativa más ambiciosa de su programa.
En USA hay un recurso que permite a un senador bloquear la aprobación de cualquier proyecto a menos que los promotores de la ley consigan 60 de los 100 escaños del Senado. A fin de que ese derecho no obstaculice iniciativas vitales, el reglamento incluye un procedimiento, llamado "de reconciliación", que autoriza la aprobación por mayoría simple de aquellas leyes que tengan un impacto determinante en los presupuestos. Es decir, es un procedimiento de urgencia.
Obama se encuentra obligado por el hecho de que los demócratas sólo cuentan con 59 asientos en el Senado.
"Lo que está en juego aquí", dijo ayer, "ya no es sólo nuestra capacidad de resolver el problema de la sanidad, sino nuestra capacidad de resolver cualquier problema. El pueblo estadounidense quiere saber si todavía es posible que Washington se preocupe por sus intereses y su futuro".
"El pueblo merece ese voto", según explicó Obama, aunque sea por mayoría simple, porque ha quedado demostrado que republicanos y demócratas tienen visiones ideológicas contrapuestas sobre el modelo sanitario y no vale la pena seguir discutiendo un año más sobre un asunto sobre el que jamás habrá un acuerdo.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, pronosticó que la aprobación de una ley de tanta trascendencia por mayoría simple desatará "una ola de ira" en la opinión pública republicana.
Pero las primeras reacciones demócratas indican, no obstante, que una mayoría del partido del Gobierno está a favor de la utilización de ese procedimiento.
Obama manifestó que el proyecto contiene 3 ámbitos principales de reforma:
> la eliminación de las prácticas abusivas de las compañías,
> la extensión a todos los ciudadanos de las mismas opciones de las que ahora disfrutan los miembros del Congreso, y
> la reducción de los costes globales del sistema sanitario.
La reforma costará US$ 100.000 millones anuales durante 10 años, que saldrán fundamentalmente, según Obama, de la reducción de los US$ 2 billones anuales que los estadounidenses gastan en salud.
"No creo que podamos dejar decisiones de vida y muerte para nosotros en manos únicamente de los ejecutivos de las compañías de seguros", declaró Obama.
El Presidente aseguró que esta última propuesta para la que ahora pide el voto "ha sido corregida y mejorada durante todo un año e incorpora las mejores ideas tanto de demócratas como de republicanos, incluyendo alguna de las ideas que los republicanos expusieron durante la reciente cumbre sobre la salud".
Fuente Ionline