Los nuevos stress test podrían acabar en la nacionalización de alguna caja
Un informe de Merrill Lynch apunta a que las carencias de capital que revelarán los nuevos test de estrés a las cajas podrían derivar en nacionalizaciones, debido al elevado coste de financiación a través del FROB.
El informe destaca que el coste para las cajas de financiarse a través del del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria equivale al del bono español a cinco años, más una prima de 500 puntos básicos.
Por esto, los analistas de Merrill ven probable que después de los nuevos test de estrés, que destaparán la necesidad de inyectar más capital en el sector, el Gobierno y el Banco de España optarán por nacionalizar a alguna entidad y estimular un nuevo proceso de concentración.
Merrill destaca que todas las cajas que se han unido en Sistemas de Protección Institucional (SIP) han decidido transferir su negocio financiero a un banco. Sin embargo, en su opinión, es necesario que transfieran a estas nuevas entidades también el 100% de su balance. Las cajas deberían renunciar a su estatus y transformase en fundaciones que tengan una participación en el banco: de esta forma, tendrían más fácil el acceso al capital, de acuerdo con Merrill.
En el escenario base de los test de estrés, donde los analistas de Merrill prevén pérdidas iguales al 15% de los activos ponderados por riesgo y fijan un objetivo de core capital del 8,5%, las cajas necesitarían 43.000 millones de capital adicional, equivalente al 4% del Producto Interior Bruto (PIB), una vez que se descuenten los 13.000 millones ya entregados por el FROB o el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). En el cómputo, sin embargo, no entran los recursos necesarios para cubrir los costes de reestructuración.
Las mayores necesidades de capital las tendría BanCajaMadrid, con 13.000 millones, un 15% del total. Después se situaría La Caixa con 8.100 millones, un 10%.
En el escenario extremo, en el que los precios inmobiliarios bajasen hasta un 75% y las entidades perdiesen el 15% del total de sus créditos problemáticos de 161.000 millones, la falta de capital para mantener un Tier 1 del 8,5% llegaría hasta los 80.000 millones de euros.
Los analistas de Merrill son algo más optimistas sobre el tema de la liquidez. Los vencimientos de las cajas amontan a 31.000 millones en 2011 y a 46.000 en 2012. Sin embargo, Merrill cree que si las cajas consiguen mantener sus actuales ratio de créditos sobre depósitos, podrán reducir su endeudamiento en el corto plazo. Cada punto porcentual de reducción de la deuda significa un ahorro de 7.000 millones para financiarla.
Los bancos, los más beneficiados
Los analistas de Merrill creen que una reestructuración de las cajas bien hecha favorecerá a los dos grandes bancos, y al resto de bancos domésticos, que ganarán cuota de mercado y podrán comprar activos. Además, disminuirá el riesgo sistémico de España.
Merrill destaca que el sector financiero español se enfrenta a un periodo de extrema dificultad. No obstante, confía en que las preocupaciones por que España sea el siguiente país que tendría que ser rescatado después de Portugal son infundadas.
Las cajas, de las que nadie se ocupaba antes de la crisis, han pasado a focalizar la atención del mercado. Del éxito o el fracaso de su reestructuración, por lo tanto, depende también la valoración futura de los bancos comerciales.
En primer lugar, los bancos podrán aprovechar la situación para ganar cuota frente a sus competidoras. Además, podrán comprar activos que las cajas se vean obligadas a vender para reducir su tamaño. El éxito de la reestructuración, además, ayudará a tranquilizar el mercado, disminuyendo la percepción del riesgo sobre España, lo que se reflejaría en un descenso de la prima de riesgo que pagan las entidades para financiarse.
Finalmente, si las cajas transfieren su negocio a bancos, se verán obligadas a ofrecer al mercado la misma información, en calidad y cantidad, que ya proporcionan los bancos comerciales, lo que “igualará el campo de juego”.