Los dos próximos días pueden ser claves para la crisis de la €zona

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Los ministros de Hacienda de los 17 países de la eurozona se reunirán el lunes por la tarde en Bruselas, para luego sostener un encuentro con sus contrapartes de los 10 países que no usan el euro, encuentro que se prolongará el martes.

Su cita anterior a mediados de enero se caracterizó por una calma relativa en los mercados europeos de bonos, después de que noviembre y diciembre mantuvieron un encuentro de emergencia para organizar un plan de rescate por 67.500 millones de euros para Irlanda y convencer a los inversionistas de que la crisis no se propagaría ni a Portugal ni a España.

Pero la esperanza de una prometida reforma a la estrategia contra la crisis que impediría que Irlanda, Grecia y posiblemente Portugal decretaran a la postre una moratoria en parte de su abultada deuda soberana -como tantos economistas creyeron- se desvanecieron la semana pasada, cuando varios gobernantes europeos analizaron una nueva forma de atajar la crisis.

Los líderes europeos sostienen que presentarán su "amplia respuesta" en una conferencia de alto nivel programada para fines de marzo, aunque ante la creciente impaciencia de los inversionistas y dudas sobre el contenido de esa respuesta, han ampliado aún más el temario que tendrán que abordar sus ministros de Hacienda.

"En las últimas semanas, ha cundido cierta complacencia", dijo el economista Simon Tilford, del Centro para la Reforma Europea, con sede en Londres. "Empero, no creo que lo sucedido en las últimas semanas haya sido muy favorable".

Al aproximarse la expiración del plazo en marzo, la presión de los países periféricos de la eurozona ha comenzado a aumentar nuevamente. Portugal necesita endeudarse otros 20.000 millones de dólares para pagar los bonos soberanos que expiran este año -4.500 millones de euros que vencen en abril y casi 5.000 millones de euros que vencen en junio.

En lo que va de año, Lisboa ha recaudado el dinero sin excesivos problemas, pero a tasas de interés por encima del 7% a 10 años y superiores a las que Grecia e Irlanda están pagando en sus créditos de rescate, lo que aumentó aún más la deuda soberana lusitana.

En Irlanda, los comicios generales del 25 de febrero amenazan la adopción de las medidas de austeridad acordadas. Y los dos partidos que seguramente formarán el nuevo gobierno se han negado a inyectar más fondos en los bancos, cuya precaria situación dejó al país al borde de la bancarrota - además de intentar renegociar las condiciones impuestas por la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
 
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