...Quizas puedan sacar algunas lecciones sobre como se recoge el escombro tras el desastre.
Y apostar por alternativas de FUTURO.
ENERGÍA SOLAR EN EL ESPACIO
Un proyecto futurista propuesto para producir energía a gran escala propone situar módulos solares en órbita alrededor de la Tierra. En ellos la energía concentrada de la luz solar se convertiría en microondas que se emitirían hacia antenas terrestres para su conversión en energía eléctrica. Para producir tanta potencia como cinco plantas grandes de energía nuclear (de mil millones de vatios cada una), tendrían que ser ensamblados en órbita varios kilómetros cuadrados de colectores, con un peso de más de 4000 t; se necesitaría una antena en tierra de 8 m de diámetro. Se podrían construir sistemas más pequeños para islas remotas, pero la economía de escala supone ventajas para un único sistema de gran capacidad
Energía solar desde el espacio, una alternativa cada vez más lejana de la ficción
01/03/2011
Proveer de energía a zonas remotas o afectadas por desastres naturales e incluso a futuras colonias en otros planetas, son algunas de las posibilidades que se podrían manejar al contar con este método poco convencional y visionario de obtención de energía, la cual ya es estudiada y analizada por la comunidad científica mundial.
Para nadie es desconocida la creciente crisis energética que afecta al país. La alta dependencia de combustibles fósiles que tarde o temprano se acabarán, junto a la desconfianza asociada a las alternativas energéticas renovables que actualmente existen, hacen volar la imaginación de la comunidad científica mundial, la cual ha dirigido sus miradas a métodos poco convencionales como la posibilidad de que, en un futuro, podamos recibir energía desde el espacio.
Rodrigo Suárez, investigador de la Academia de Ciencias Aeronáuticas (ACA) de la
Universidad Técnica Federico Santa María (USM) analiza su factibilidad, las principales dificultades y el peligro asociado a esta idea que quizás, en no mucho tiempo más, sea una alternativa real para abastecernos de energía limpia e ilimitada.
La capacidad de captar energía solar desde el espacio por medio de satélites artificiales es, sin duda, una alternativa que podría garantizar el aprovisionamiento eléctrico de instalaciones terrestres, según apuestan varios científicos y empresas, como la europea Astrium, la cual espera comenzar a materializar esta meta a partir del 2020. “No se trata, en un primer tiempo, de alimentar ciudades que disponen ya de infraestructuras, sino regiones aisladas, de acceso difícil, que necesitan electricidad”, explicó a la AFP Robert Lainé, Director Técnico de Astrium, división espacial de la empresa aeronáutica europea EADS.
Al respecto el Jefe del Departamento Técnico del Centro de Aplicaciones Espaciales de la Academia de Ciencias Aeronáuticas de la USM analiza esta posibilidad, haciendo hincapié en las ventajas y peligros asociados a este tipo de tecnologías del futuro. “El tema del envío de energía desde el espacio hacia la Tierra presenta como gran dificultad el lograr una transmisión eficiente y segura”.
“Esto ya que hay que definir cómo se va a enviar la energía: ¿en forma de luz solar reflejada en un espejo?, ¿en forma de calor con un reflector de ondas infrarrojas?, ¿en forma de energía electromagnética, mediante una antena que transforme la luz solar en electricidad en el espacio para luego derivarla a receptores terrestres?, etc. En cualquiera de las formas mencionadas, así como en otras que no consideren un transporte físico o material, requiere lograr un control total de la vía de transferencia, sin dejar espacio a que el flujo de energía enviado pueda desviarse y dañar zonas no consideradas. Es decir, el “rayo de luz”, el “láser infrarrojo” o la “onda de radio de alta energía” deben estar y permanecer en perfecta alineación con los receptores terrestres, ya que de otra forma se podrían literalmente “quemar” los alrededores o zonas no consideradas, lo que representaría un problema muy real y desastroso para plantaciones, ganado o incluso pueblos y ciudades que fueran expuestas a este tipo de transmisiones”, añade.
Cabe señalar que esta alternativa para conseguir energía no sería de un día para otro, ya que requiere de acuciosos estudios e inversiones, las cuales recién podrían comenzar su fase experimental en el año 2020, logrando concretar alguna experiencia más concreta durante el 2030 según Científicos de la compañía Europea Astrium.
“Hoy se sabe y está probado que sí es posible el envío de energía a través de largas distancias mediante rayos del tipo láser; pero mientras los sistemas de control y los protocolos de seguridad no estén debidamente certificados y sean perfectamente confiables, no se puede someter a la población a un riesgo semejante. Por otra parte, mientras no se consiga dominar una forma limpia de energía alternativa, la transmisión mediante flujos concentrados podría ser considerada, no sólo para suplir deficiencias en la Tierra, sino también para apoyar la futura colonización de otros planetas”, sentencia Rodrigo Suárez.
La
NASA y el
Pentágono han estado estudiando la posibilidad de tener
granjas solares orbitales desde los años 60, y también desde entonces muchos investigadores privados han buscado maneras de rentabilizar proyectos de obtención de energía solar a partir del espacio, pero ninguna se ha mostrado viable.
Las ventajas de este tipo de empresa son evidentes: En el espacio no hay nubes, ni hay un ciclo de luz con días y noches como en la Tierra, obteniéndose por tanto un flujo de energía solar prácticamente constante, por lo que los paneles espaciales podrían suministrar un
aporte continuo de energía.
Las desventajas son fundamentalmente el envío de los paneles al espacio y de la energía a la Tierra, todo ello de una forma rentable.
Ahora, una empresa reciente,
Solaren Corp, dice haber encontrado la solución, y va a poner en órbita paneles solares con el fin de comercializar la energía en la Tierra.
Pretenden transmitir a la Tierra la energía solar captada mediante ondas de radiofrecuencia, y después convertir en la Tierra la energía de estas ondas en electricidad.
La pérdida energética en la transmisión por estas ondas es menor que la que existe en los cables terrestres actualmente utilizados. Y, juntando esto a la ausencia de atmósfera, la estimativa es que la cantidad de energía obtenida por un panel solar en estas circunstancias sea 10 veces mayor que la que obtendría en la Tierra.
En este momento,
Solaren Corp. ha firmado ya un acuerdo con la empresa
Pacific Gas & Electric, empresa proveedora del norte de California, incluyendo San Francisco, que ha contratado la compra de 200 MW. a partir del 2016, que es cuando pretenden haber empezado a enviar la electricidad.
De todos modos, parece que si bien entre la comunidad científica no hay duda de que el proyecto es factible, sin embargo persisten bastantes dudas en relación a su viabilidad económica, fundamentalmente debido a la inversión inicial necesaria, para costear los lanzamientos de los cohetes que deben instalar los paneles solares en el espacio, y que supone
algunos miles de millones de dólares.
Ver más en The Guardian.