Europa se enfrenta a una “Década Perdida” al estilo Japón
Los paralelismo abundan entre la actual crisis de deuda en Europa y la llamada Década Perdida de Japón, cuando la economía del país asiático se desplomó en la década de los noventa.
Ambas regiones experimentaron un boom inmobiliario antes de sus crisis financieras, los consumidores se cargaron con grandes niveles de deuda y los bancos nacionales construyeron unos ratios de préstamos/depósitos de proporciones insostenibles, por su afán de de alimentar la demanda local de préstamos.
Recientemente, los analistas de Barclays examinaron si la crisis de deuda europea podría afectar a los bancos locales de la misma manera que la recesión económica de Japón dañó a las instituciones financieras de ese país.
Sus conclusiones, que aparecen en un artículo de Mark Scott en el New York Times, no son nada felices para unos bancos europeos, que están tratando de recortar de nuevo sus balances de préstamos, aumentando las reservas de capital y reduciendo la actividad de trading de riesgo en sus divisiones de banca de inversión.
Muchas de las mayores instituciones financieras del continente han informado recientemente de débiles resultados en el primer trimestre. La semana pasada, el Deutsche Bank alemán anunció una caída del 34 por ciento en su beneficio neto, mientras que el gigante suizo UBS dijo que los ingresos durante los tres primeros meses del año cayeron un 54 por ciento.
Para los analistas de Barclays, el sector sufrirá aún más en el futuro. En Europa y Japón, el comportamiento de las acciones de los bancos locales ha sido muy similar durante sus respectivas crisis.
Antes de las recesiones, el valor de las instituciones financieras respecto al conjunto del mercado bursátil representaba alrededor del 20 por ciento. Seis años después de cada crisis, el valor combinado de los bancos se había reducido a tan sólo el 10 por ciento.
Si las similitudes entre Europa y Japón continúan, los inversores debería esperar que el comportamiento de las acciones bancarias siga siendo negativo:
"Sin embargo, quizás la idea más preocupante es lo que sucedió después. Después de reducir su valor relativo a la mitad entre 1993 y 1999 - algo que ya han hecho los bancos europeos desde 2006 - el sector de la banca japonesa se comportó un 40 por ciento peor que el conjunto del mercado para recortar su valor relativo frente al total de la bolsa a tan solo el 6 por ciento. A pesar de que recuperó algo de terreno a principios de la década de 2000, antes del inicio de la actual crisis financiera, en la actualidad todavía se encuentra un 25 por ciento por debajo de su nivel más alto desde el máximo de seis años - una etapa en la que actualmente se encuentra Europa".
Otro paralelismo interesante entre Europa y Japón se encuentra en la deuda pública.
Antes de que la economía del país asiático se estrellara, la deuda soberana representaba sólo el 6 por ciento de los balances de los bancos japoneses. Pero a medida que las empresas comenzaron a retirar la financiación del sector privado para reducir sus riesgos, la deuda pública como porcentaje de los balances de los bancos se disparó al 23 por ciento en 2011.
En Europa, también es probable un aumento similar en las tenencias de deuda pública por parte de los bancos, en particular en los países de mayor riesgo como España e Italia.
El Banco Central Europeo ha prestado a las entidades locales más de 1 billón de dólares en préstamos a un bajo interés en los últimos meses en virtud del programa denominado operación de financiación a largo plazo, o LTRO.
Los bancos, cuyas tenencias de deuda pública representan en la actualidad alrededor del 4 por ciento de sus balances, han sido muy activos en la compra de los bien remunerados bonos públicos.
Este "carry trade" (utilizar el dinero a bajo interés del Banco Central Europeo para comprar bonos públicos de alto interés) puede ser rentable, pero deja a las entidades expuestas a la posibilidad de que estos países europeos no sean capaces de pagar sus deudas.
Según los analistas de Barclays:
El reciente programa LTRO - y el posterior "carry trade" llevado a cabo por varios bancos - podría considerarse el inicio de un proceso que hará que los balances generales sean "más como Japón".
Fuentes: Mark Scott - New York Times