El protagonismo de Largarde

Tizo

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Hace unos días, Christine Lagarde afirmó que el mundo ha entrado en una peligrosa nueva fase de la crisis. Y este jueves, en una conferencia pronunciada en el Centro Woodrow Wilson, ha vuelto a recordarlo. Esta vez para recordar el rol del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ofrecérselo "al mundo". "El FMI, con sus 187 países miembros, está en una situación ideal para alentar a tomar medidas mancomunadas entre todos sus países" ha señalado la directora gerente de la institución. Ahora bien ¿Cómo debe hacerlo?

En su discurso 'Desafíos económicos globales y soluciones globales', Lagarde ha dividido en cuatro apartados sus posibilidades. En primer lugar ha recordado que la capacidad de supervisión del fondo puede ayudar a detectar los riesgos, "pero también a distinguir las oportunidades que surgen de la interdependencia entre las economías". También ha señalado que el asesoramiento que se brinda en materia de políticas "puede ayudar a esclarecer cuestiones clave como crecimiento, vulnerabilidades básicas, efectos de contagio y a orientar la cooperación internacional, sobre todo si usamos inteligentemente la asistencia técnica a los países".

La tercera ayuda son los préstamos, que pueden crear "un margen de maniobra para que los países superen varios desafíos inmediatos, como la situación de los mercados emergentes que caen víctimas de la inestabilidad externa, los países que deben hacer frente a emergencias o a necesidades de transición y los países de bajo ingreso en situación vulnerable". Por último, de forma más genérica, Lagarde ha afirmado que, más allá de la crisis, el FMI también puede ayudar a construir un sistema financiero internacional más seguro y estable. "Ese es nuestro mandato primordial", ha subrayado.

Después de recordar que los pronósticos de la institución serán anunciados la próxima semana, ha dibujado un panorama general de por dónde consideran que van las cosas. Según ha señalado, en general, el crecimiento mundial continúa, pero está desacelerándose. Los países avanzados se enfrentan "a una recuperación anémica y accidentada, con niveles inaceptablemente altos de desempleo". La crisis en la zona del euro se ha agudizado. Las tensiones financieras están intensificándose. "Y una vez más, si no se toman medidas colectivas y enérgicas, existe un riesgo real de que las principales economías retrocedan en lugar de avanzar", ha especificado.

Respecto a los emergentes, ha afirmado que "soportan una ola de calor excesivo", es decir, presiones inflacionarias, fuerte crecimiento del crédito, aumentos de los déficits en cuenta corriente.

Lagarde ha resumido en lo que ha llamado las "4 R" las acciones necesarias para, a su juicio, lograr la recuperación y alcanzar la estabilidad económica: reparación, reforma, reequilibrio y reconstrucción. Reparar es aliviar algunas de las presiones sobre los balances que amenazan con asfixiar la recuperación, en las entidades soberanas, en los hogares y en los bancos.

En el apartado reformar, ha hecho especial hincapié en el sector financiero y normas que obliguen a los bancos a mantener mayores tenencias de capital en las épocas prósperas o a observar relaciones préstamos/valor máximas como resguardo frente a las burbujas de precios inmobiliarios.

En cuanto al reequilibrio, ha señalado dos vertientes. La primera consiste en volver a trasladar la demanda del sector público al sector privado, cuando el sector privado goce de suficiente fuerza para soportar la carga. "Esto aún no ha sucedido", según la directora gerente del FMI. El segundo tipo consiste en lograr que la demanda mundial pase de los países con déficit externo a los países con superávit externo.

Por último, con la reconstrucción se ha referido "sobre todo a los países de bajo ingreso que deben reconstruir sus márgenes de maniobra para la aplicación de políticas económicas, como por ejemplo los saldos fiscales, que les fueron tan útiles durante la crisis y que les servirán para protegerse de ormentas futuras".
 
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