La carne de cerdo en China, nuevo indicador económico mundial
El precio de la carne de cerdo en China pronto podría competir con las nóminas de empleo de Estados Unidos como el indicador económico mundial que seguir.
Los inversores internacionales se centran cada vez más en la demanda interna en la segunda mayor economía del mundo como medida clave de la salud económica global.
Y hay pocas formas mejores para medir la demanda que con el seguimiento de los precios alimentos básicos, que golpean directamente el gasto de consumo discrecional, un sector de actividad económica que genera normalmente un 40 por ciento de crecimiento anual del PIB de China.
Una caída o una desaceleración de los precios de los alimentos son un regalo para los consumidores, dice Carl Weinberg, economista jefe de High Frequency Economics en Nueva York.
"No creo que China tenga el riesgo de recesión por el que la gente parece preocupada y no creo que necesite un estímulo", dijo Weinberg a Reuters.
Los cálculos de Weinberg sugieren que los consumidores chinos disfrutaron de al menos un aumento del 1,8 por ciento en la renta real disponible entre julio y noviembre debido a que la inflación de precios al consumidor disminuyó desde un máximo de tres años, con un impulso al gasto discrecional de un 0,9 por ciento.
Ello implica que las fábricas de China aumentarán la producción para satisfacer el creciente poder de gasto discrecional, lo que hace que una desaceleración de los precios de los alimentos sea el factor más importante en el impulso del crecimiento del PIB y la demanda agregada.
"La desaceleración de los precios de los alimentos es un estímulo económico masivo", dice Weinberg. "(Esto) va a generar más estímulos económicos que cualquier otro programa del Gobierno de cambio en la política monetaria", agregó.
La inflación es una preocupación importante para el Partido Comunista chino debido a que los aumento de precios han sido a menudo acompañados de períodos de protestas y agitación social.
El alza de los precios de la carne de cerdo han impulsado constantemente la inflación china. Aunque el cerdo representa sólo el 3 por ciento del índice de precios al consumidor de China, es la carne más popular en el país y su precio tiene un gran impacto en las expectativas inflacionarias del público.
Hasta hace unas semanas, el Gobierno estuvo ajustando sus políticas económicas para contener las secuelas inflacionarias de los 4 billones de yuanes (unos 500.000 millones de dólares) del paquete de estímulo presentado en 2008 cuando la crisis financiera mundial golpeó los mercados y la confianza de los consumidores en todo el mundo.
El incremento de la inflación a una tasa promedio anual de alrededor de 150 puntos básicos por encima del objetivo oficial del 4 por ciento del 2011 es una razón clave por la que Pekín se niega ahora a ofrecer otra cosa más que un "ajuste fino" para combatir la desaceleración del crecimiento del PIB.
Los economistas esperan que la tasa de crecimiento anual de China se haya desacelerado por cuarto trimestre consecutivo en los últimos tres meses de 2011, tal vez incluso entrando por debajo del 9 por ciento.
Esto hace que la historia de la demanda interna sea aún más vital.
El punto fue subrayado por el Ministerio de Comercio de China el jueves, cuando reveló que el superávit comercial del país se había reducido a sólo el 2 por ciento del PIB en el 2011. El superávit era cuatro veces mayor hace sólo cinco años. REUTERS
El precio de la carne de cerdo en China pronto podría competir con las nóminas de empleo de Estados Unidos como el indicador económico mundial que seguir.
Los inversores internacionales se centran cada vez más en la demanda interna en la segunda mayor economía del mundo como medida clave de la salud económica global.
Y hay pocas formas mejores para medir la demanda que con el seguimiento de los precios alimentos básicos, que golpean directamente el gasto de consumo discrecional, un sector de actividad económica que genera normalmente un 40 por ciento de crecimiento anual del PIB de China.
Una caída o una desaceleración de los precios de los alimentos son un regalo para los consumidores, dice Carl Weinberg, economista jefe de High Frequency Economics en Nueva York.
"No creo que China tenga el riesgo de recesión por el que la gente parece preocupada y no creo que necesite un estímulo", dijo Weinberg a Reuters.
Los cálculos de Weinberg sugieren que los consumidores chinos disfrutaron de al menos un aumento del 1,8 por ciento en la renta real disponible entre julio y noviembre debido a que la inflación de precios al consumidor disminuyó desde un máximo de tres años, con un impulso al gasto discrecional de un 0,9 por ciento.
Ello implica que las fábricas de China aumentarán la producción para satisfacer el creciente poder de gasto discrecional, lo que hace que una desaceleración de los precios de los alimentos sea el factor más importante en el impulso del crecimiento del PIB y la demanda agregada.
"La desaceleración de los precios de los alimentos es un estímulo económico masivo", dice Weinberg. "(Esto) va a generar más estímulos económicos que cualquier otro programa del Gobierno de cambio en la política monetaria", agregó.
La inflación es una preocupación importante para el Partido Comunista chino debido a que los aumento de precios han sido a menudo acompañados de períodos de protestas y agitación social.
El alza de los precios de la carne de cerdo han impulsado constantemente la inflación china. Aunque el cerdo representa sólo el 3 por ciento del índice de precios al consumidor de China, es la carne más popular en el país y su precio tiene un gran impacto en las expectativas inflacionarias del público.
Hasta hace unas semanas, el Gobierno estuvo ajustando sus políticas económicas para contener las secuelas inflacionarias de los 4 billones de yuanes (unos 500.000 millones de dólares) del paquete de estímulo presentado en 2008 cuando la crisis financiera mundial golpeó los mercados y la confianza de los consumidores en todo el mundo.
El incremento de la inflación a una tasa promedio anual de alrededor de 150 puntos básicos por encima del objetivo oficial del 4 por ciento del 2011 es una razón clave por la que Pekín se niega ahora a ofrecer otra cosa más que un "ajuste fino" para combatir la desaceleración del crecimiento del PIB.
Los economistas esperan que la tasa de crecimiento anual de China se haya desacelerado por cuarto trimestre consecutivo en los últimos tres meses de 2011, tal vez incluso entrando por debajo del 9 por ciento.
Esto hace que la historia de la demanda interna sea aún más vital.
El punto fue subrayado por el Ministerio de Comercio de China el jueves, cuando reveló que el superávit comercial del país se había reducido a sólo el 2 por ciento del PIB en el 2011. El superávit era cuatro veces mayor hace sólo cinco años. REUTERS