Un historiador recuerda que Alemania fue el país de las mayores bancarrotas del siglo XX
No hay nada como tener un historiador a mano para recordar nuestras contradicciones.
Albrecht Ritschl es profesor de Historia Económica en la London School of Economics. Hace poco fue entrevistado por Der Spiegel con motivo de la crisis de la deuda griega y de la intransigencia alemana. Y he aquí sus enseñanzas: Alemania fue el país con las mayores bancarrotas de Estado del siglo pasado y el peor deudor.
“Durante el siglo XX, Alemania fue responsable de las mayores quiebras de la historia reciente. Fue sólo gracias a los Estados Unidos, país que sacrificó una gran cantidad de dinero después de la Primera Guerra Mundial y de la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania llegó a ser financieramente estable y hoy mantiene la condición de líder de Europa. Ese hecho, por desgracia, a menudo parece estar olvidado”.
El historiador explica que, al perder la Primera Guerra Mundial, Alemania tuvo que asumir las reparaciones e indeminizar a otros países. Eso se realizó en gran parte tomando prestado dinero de EEUU. “Esta pirámide de crédito se derrumbó durante la crisis económica de 1931. El dinero había desaparecido, el daño a Estados Unidos fue enorme, el efecto sobre la economía mundial, devastadora”.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, los países no quisieron repetir los errores de la Primera, y evitaron cargar a Alemania con deudas impagables. Y aquí viene la sorpresa, según Ritschl: “[Esa] fue la base financiera real del milagro económico (que comenzó en la década de 1950). Pero también significó que las víctimas de la ocupación alemana en Europa tuvieron que renunciar a las reparaciones, incluyendo los griegos”.
En comparación con la deuda alemana de los años treinta, las deudas actuales de los griegos son “insignificantes“, dice el historiador. Añade que la deuda de Alemania en aquellos años era proporcionalmente tan elevada como toda la deuda generada en el mundo en la crisis de 2008. El peligro que ve Ritschl del caso griego es el contagio internacional. Pero en lo que se refiere a deuda, no vacila en decir: “Alemania es el rey de la de la deuda. Ha sido el mayor transgresor de la deuda del siglo XX”.
Cuando la periodista le pregunta cuántas veces Alemania incumplió sus pagos en el siglo XX, el historiador responde que en tres ocasiones: en los años treinta, en 1953 (periodo en que EEUU le concedió incluso una reducción de deuda) y luego, sorpresa, en 1992. Fue entonces cuando Helmut Kohl pidió que se paralizaran los pagos de la deuda externa alemana porque tenían que comenzar la unificación de los dos territorios.
Una vez aprendidas estas lecciones históricas, Ritschl expone cuál puede ser la salida del caso griego. “Las quiebras de Alemania en el siglo pasado, muestran que lo más sensato ahora sería pensar en una reducción real de la deuda. Cualquier persona que ha prestado dinero a Grecia tendría que renunciar a una parte considerable de esa deuda”. Y termina: “Para Alemania, esto podría ser costoso, pero vamos a tener que pagar de cualquier manera. Por lo menos Grecia tendría entonces la oportunidad de empezar de nuevo”.
No hay nada como tener un historiador a mano para recordar nuestras contradicciones.
Albrecht Ritschl es profesor de Historia Económica en la London School of Economics. Hace poco fue entrevistado por Der Spiegel con motivo de la crisis de la deuda griega y de la intransigencia alemana. Y he aquí sus enseñanzas: Alemania fue el país con las mayores bancarrotas de Estado del siglo pasado y el peor deudor.
“Durante el siglo XX, Alemania fue responsable de las mayores quiebras de la historia reciente. Fue sólo gracias a los Estados Unidos, país que sacrificó una gran cantidad de dinero después de la Primera Guerra Mundial y de la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania llegó a ser financieramente estable y hoy mantiene la condición de líder de Europa. Ese hecho, por desgracia, a menudo parece estar olvidado”.
El historiador explica que, al perder la Primera Guerra Mundial, Alemania tuvo que asumir las reparaciones e indeminizar a otros países. Eso se realizó en gran parte tomando prestado dinero de EEUU. “Esta pirámide de crédito se derrumbó durante la crisis económica de 1931. El dinero había desaparecido, el daño a Estados Unidos fue enorme, el efecto sobre la economía mundial, devastadora”.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, los países no quisieron repetir los errores de la Primera, y evitaron cargar a Alemania con deudas impagables. Y aquí viene la sorpresa, según Ritschl: “[Esa] fue la base financiera real del milagro económico (que comenzó en la década de 1950). Pero también significó que las víctimas de la ocupación alemana en Europa tuvieron que renunciar a las reparaciones, incluyendo los griegos”.
En comparación con la deuda alemana de los años treinta, las deudas actuales de los griegos son “insignificantes“, dice el historiador. Añade que la deuda de Alemania en aquellos años era proporcionalmente tan elevada como toda la deuda generada en el mundo en la crisis de 2008. El peligro que ve Ritschl del caso griego es el contagio internacional. Pero en lo que se refiere a deuda, no vacila en decir: “Alemania es el rey de la de la deuda. Ha sido el mayor transgresor de la deuda del siglo XX”.
Cuando la periodista le pregunta cuántas veces Alemania incumplió sus pagos en el siglo XX, el historiador responde que en tres ocasiones: en los años treinta, en 1953 (periodo en que EEUU le concedió incluso una reducción de deuda) y luego, sorpresa, en 1992. Fue entonces cuando Helmut Kohl pidió que se paralizaran los pagos de la deuda externa alemana porque tenían que comenzar la unificación de los dos territorios.
Una vez aprendidas estas lecciones históricas, Ritschl expone cuál puede ser la salida del caso griego. “Las quiebras de Alemania en el siglo pasado, muestran que lo más sensato ahora sería pensar en una reducción real de la deuda. Cualquier persona que ha prestado dinero a Grecia tendría que renunciar a una parte considerable de esa deuda”. Y termina: “Para Alemania, esto podría ser costoso, pero vamos a tener que pagar de cualquier manera. Por lo menos Grecia tendría entonces la oportunidad de empezar de nuevo”.
Última edición: