Berlín vuelve a la realpolitik
Dieter Hanitzsch
Tras un verano febril, se prevé un otoño más tranquilo en la eurozona: los países del norte de Europa, empezando por Alemania, dan muestras de un mayor pragmatismo. Han llegado a la conclusión de que el fin del euro provocaría un fuerte seísmo tanto dentro como fuera de la UE, pero no por ello se relajarán, porque aún estamos lejos de haber encontrado una solución.
Alemania mete la máxima presión
Grecia se ha llevado un jarro de agua fría cor las declaraciones de Angela Merkel, según la cuales su entrevista con Antonis Samaras el 24 de agosto no conllevará que se tome ninguna decisión antes del informe que la troika proporcionará a finales de septiembre, y las del ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, que manifiesta su oposición a la petición de la prórroga de dos años que solicita el primer ministro griego para poder poner en marcha las reformas. "Cualquier esperanza, incluso la más recóndita, que pudiese albergarse sobre qué resultado tendría el viaje de Samaras a Berlín ya se ha perdido, incluso antes de crearse",
recoge el To Vima. Según el diario ateniense,
la posición de Berlín y de quienes le secundan es bien clara: los alemanes han decidido aumentar la presión, y ello se debe a dos motivos. En primer lugar, porque creen que cuanto mayor sea la presión, más deberá ceñirse el Gobierno griego a los compromisos adquiridos. Y, en sentido contrario, el más mínimo gesto de comprensión podría parecer un síntoma de que se relajan los esfuerzos. Optan por tanto por la violencia como única salida. La segunda razón es más profunda y está vinculada a la credibilidad de Grecia, que cada día es menor, puesto que ha prometido mucho y ha hecho bien poco en los último años. Los alemanes consideran, siendo muy claros, que los últimos cuatro gobiernos de Grecia no han cumplido con sus obligaciones.
Samaras: los mercados anticiparán más salidas si Grecia deja el euro
El primer ministro griego, Antonis Samaras, ha advertido este viernes de que los mercados financieros anticiparán la salida del euro de otros países si Grecia se ve forzada a abandonar la moneda común europea, insistiendo en que "el 'Grexit', tal y como lo llaman algunos, sería devastador para Europa".
"La reacción de los mercados financieros, que anticiparían la salida de otros países europeos,
provocaría un efecto dominó", ha advertido el jefe del Ejecutivo griego en una entrevista con el diario
Le Monde publicada este viernes.
"Ninguna sociedad podría abordar este choque. Ninguna sociedad democrática podría sobrevivir" a la salida de Grecia del euro, ha insistido. Hoy, el mandatario heleno se reúne con la canciller germana, Angela Merkel, y mañana viajará a París para encontrarse con François Hollande.
Grecia intenta cambiar
Samaras ha recalcado que "Grecia puede tener éxito y que está intentando cambiar" y ha reiterado que su Ejecutivo presentará "en las próximas semanas" un paquete de recortes en los próximos años por valor de 11.700 millones de euros, que están en proceso de finalizar. "Terminaremos el programa en las próximas dos o tres semanas y será votado en el Parlamento", ha concretado.
"Quiero reconstruir el capital de credibilidad de nuestro país, poner en marcha el programa, respetar nuestros compromisos, cumplir nuestros objetivos y sacar a Grecia de la crisis", ha subrayado.
"Pero para poder llegar, hace falta disipar todas las incertidumbres sobre el futuro de Grecia en la Eurozona", ha reivindicado no obstante.
El primer ministro griego, que espera que los socios europeos, acepten darle dos años más para cumplir los recortes y reformas pactadas con la troika formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, ha reiterado que no piden "más dinero".
Samaras ha insistido en que
su prioridad es relanzar el crecimiento económico de Grecia y ha mostrado su preocupación por mantener "la cohesión social" en un país que lleva cinco años en recesión y que en dos años ha hecho ya recortes que representan el 25% del PIB de Grecia. "Los resultados son inferiores a lo que esperábamos porque la recesión es más profunda de lo previsto", ha reconocido.