Ben Bernanke vuelve a ser un hombre misterioso
Después de siete años en campaña por una mayor apertura y claridad, el presidente de la Reserva Federal se ha hecho el de las gafas respecto a qué tan rápido la Fed reducirá su estímulo mensual de US$85.000 millones. Este silencio ha calmado a los mercados, los cuales cayeron por un tiempo después que Bernanke dijera hace unos meses que los recortes estaban en el horizonte.
Pero ahora que las acciones están tocando nuevos récords, crece el riesgo de que los inversionistas comiencen a vender acciones de nuevo en las próximas semanas o cuando se den cuenta que la Fed aún planea acabar con su programa de estímulo.
"La Fed parece haber decidido ser menos clara" sobre sus intenciones, asegura Don Rissmiller, economista jefe de Strategas Research Partners en Nueva York. "Eso significa que habrá otra caída cuando la Fed se decida a detener [el estímulo]".
La Fed tiene un problema. La comunicación clara funciona de maravilla cuando las noticias son buenas. Todos quedan contentos. Pero cuando las noticias son malas, ninguna cantidad de claridad las podrá hacer más digeribles. Entre más claramente entiendan los inversionistas que la Fed pronto reducirás sus compras mensuales de bonos que usa para estimular a los mercados, menos felices serán.
La actitud del mercado quedó clara en junio, después que Bernanke presentara sus planes en una conferencia de prensa. Las acciones y bonos cayeron precipitadamente. Los mercados no se estabilizaron hasta que los funcionarios de la Fed corrieron a oscurecer las aguas de nuevo. Los funcionarios subrayaron que no saben cuándo reducirán el estímulo y quizás no lo hagan si la economía se muestra más débil de lo esperado.
De hecho, agregaron, incluso podrían aumentar el estímulo de ser necesario. La claridad sufrió, pero los mercados respiraron con alivio.
Después de la reunión de la Fed de julio, llevada a cabo la semana pasada, los funcionarios no mencionaron el recorte del estímulo. Eso puso a los inversionistas a revisar las entrañas del comunicado emitido por la Fed después de la reunión en busca de pistas, como solían hacerlo antes de la campaña de transparencia de Bernanke.
Terminaron debatiendo qué tan significativo era que el comunicado cambiara su descripción del crecimiento económico de "moderado" a "modesto" respecto al documento de junio. La diferencia es irrelevante, pero los analistas necesitaban analizar algo.
El veterano estratega de inversión Byron Wien, quien ahora se desempeña como vicepresidente de la división de banca de inversión de Blackstone Group, cree que Bernanke no se ha decidido.
"Creo que no sabe a ciencia cierta qué va a hacer en septiembre, dice Wien. "Creo que apunta a los recortes, pero aún no está seguro".
Wien piensa que la Fed debería comenzar a recortar más tarde y probablemente demorarse un poco más debido a que la economía está débil. Neal Soss de Credit Suisse asegura que el fracaso de la Fed al no mencionar los recortes después de la reunión de julio reduce las posibilidades de que actúe en septiembre. Bank of America Merrill Lynch apuesta por diciembre. Pero Goldman Sachs, Barclays y Strategas aún creen que la Fed comenzará a recortar en septiembre.
En otras palabras, hay un experto para cada opción.
Este es el tipo de confusión de mercado que Bernanke usualmente quiere evitar.
Por ahora, la Fed parece estar tomando la posición de que la duda es mejor que el conocimiento doloroso. Puede estar esperando que si la economía muestra señales de mejoría antes que comience a reducir las compras de bonos, los precios de los bonos y acciones no reacciones tan negativamente cuando se haga el anuncio.
Por ahora, ese esfuerzo está funcionando. El mercado bursátil ha regresado a una luna de miel, avanzando en territorios récord y subiendo a pesar de informes decepcionantes como el de empleos del viernes. Recientemente ha subido con las noticias económicas buenas y malas. Cuando reciben malas nuevas, los inversionistas compran con la esperanza de que la Fed demore el recorte del estímulo.
Sin embargo el mercado de bonos aún es volátil, sugiriendo que los inversionistas siguen preocupados de que una reducción del estímulo lleve a tasas de interés más altas a largo plazo. El alza en las tasas hace que los bonos existentes, con sus tasas bajas, menos valiosos. Así que cuando las noticias económicas son buenas y la Fed parece más dada a recortar el estímulo, los inversionistas venden bonos a largo plazo, reduciendo sus precios y elevando su rendimiento.
Lo que a los bonos les gusta son las noticias económicas débiles, como el decepcionante reporte de empleos del viernes. Los precios de los bonos a largo plazo subieron y los rendimientos bajaron el viernes por la esperanza de que el estímulo se mantenga.
El mercado de bonos a veces se mueve adelante del mercado bursátil. Parece estar diciendo que si los inversionistas comienzan a percibir que la Fed cumplirá su palabra y comenzará el recorte del estímulo en septiembre, los precios de los bonos y acciones sufrirían. Y si el mercado sospecha que la Fed esperará, los precios se beneficiarían. WSJ
Después de siete años en campaña por una mayor apertura y claridad, el presidente de la Reserva Federal se ha hecho el de las gafas respecto a qué tan rápido la Fed reducirá su estímulo mensual de US$85.000 millones. Este silencio ha calmado a los mercados, los cuales cayeron por un tiempo después que Bernanke dijera hace unos meses que los recortes estaban en el horizonte.
Pero ahora que las acciones están tocando nuevos récords, crece el riesgo de que los inversionistas comiencen a vender acciones de nuevo en las próximas semanas o cuando se den cuenta que la Fed aún planea acabar con su programa de estímulo.
"La Fed parece haber decidido ser menos clara" sobre sus intenciones, asegura Don Rissmiller, economista jefe de Strategas Research Partners en Nueva York. "Eso significa que habrá otra caída cuando la Fed se decida a detener [el estímulo]".
La Fed tiene un problema. La comunicación clara funciona de maravilla cuando las noticias son buenas. Todos quedan contentos. Pero cuando las noticias son malas, ninguna cantidad de claridad las podrá hacer más digeribles. Entre más claramente entiendan los inversionistas que la Fed pronto reducirás sus compras mensuales de bonos que usa para estimular a los mercados, menos felices serán.
La actitud del mercado quedó clara en junio, después que Bernanke presentara sus planes en una conferencia de prensa. Las acciones y bonos cayeron precipitadamente. Los mercados no se estabilizaron hasta que los funcionarios de la Fed corrieron a oscurecer las aguas de nuevo. Los funcionarios subrayaron que no saben cuándo reducirán el estímulo y quizás no lo hagan si la economía se muestra más débil de lo esperado.
De hecho, agregaron, incluso podrían aumentar el estímulo de ser necesario. La claridad sufrió, pero los mercados respiraron con alivio.
Después de la reunión de la Fed de julio, llevada a cabo la semana pasada, los funcionarios no mencionaron el recorte del estímulo. Eso puso a los inversionistas a revisar las entrañas del comunicado emitido por la Fed después de la reunión en busca de pistas, como solían hacerlo antes de la campaña de transparencia de Bernanke.
Terminaron debatiendo qué tan significativo era que el comunicado cambiara su descripción del crecimiento económico de "moderado" a "modesto" respecto al documento de junio. La diferencia es irrelevante, pero los analistas necesitaban analizar algo.
El veterano estratega de inversión Byron Wien, quien ahora se desempeña como vicepresidente de la división de banca de inversión de Blackstone Group, cree que Bernanke no se ha decidido.
"Creo que no sabe a ciencia cierta qué va a hacer en septiembre, dice Wien. "Creo que apunta a los recortes, pero aún no está seguro".
Wien piensa que la Fed debería comenzar a recortar más tarde y probablemente demorarse un poco más debido a que la economía está débil. Neal Soss de Credit Suisse asegura que el fracaso de la Fed al no mencionar los recortes después de la reunión de julio reduce las posibilidades de que actúe en septiembre. Bank of America Merrill Lynch apuesta por diciembre. Pero Goldman Sachs, Barclays y Strategas aún creen que la Fed comenzará a recortar en septiembre.
En otras palabras, hay un experto para cada opción.
Este es el tipo de confusión de mercado que Bernanke usualmente quiere evitar.
Por ahora, la Fed parece estar tomando la posición de que la duda es mejor que el conocimiento doloroso. Puede estar esperando que si la economía muestra señales de mejoría antes que comience a reducir las compras de bonos, los precios de los bonos y acciones no reacciones tan negativamente cuando se haga el anuncio.
Por ahora, ese esfuerzo está funcionando. El mercado bursátil ha regresado a una luna de miel, avanzando en territorios récord y subiendo a pesar de informes decepcionantes como el de empleos del viernes. Recientemente ha subido con las noticias económicas buenas y malas. Cuando reciben malas nuevas, los inversionistas compran con la esperanza de que la Fed demore el recorte del estímulo.
Sin embargo el mercado de bonos aún es volátil, sugiriendo que los inversionistas siguen preocupados de que una reducción del estímulo lleve a tasas de interés más altas a largo plazo. El alza en las tasas hace que los bonos existentes, con sus tasas bajas, menos valiosos. Así que cuando las noticias económicas son buenas y la Fed parece más dada a recortar el estímulo, los inversionistas venden bonos a largo plazo, reduciendo sus precios y elevando su rendimiento.
Lo que a los bonos les gusta son las noticias económicas débiles, como el decepcionante reporte de empleos del viernes. Los precios de los bonos a largo plazo subieron y los rendimientos bajaron el viernes por la esperanza de que el estímulo se mantenga.
El mercado de bonos a veces se mueve adelante del mercado bursátil. Parece estar diciendo que si los inversionistas comienzan a percibir que la Fed cumplirá su palabra y comenzará el recorte del estímulo en septiembre, los precios de los bonos y acciones sufrirían. Y si el mercado sospecha que la Fed esperará, los precios se beneficiarían. WSJ