El estudio más exhaustivo elaborado hasta el momento es el de la Escuela de Negocios Said de Oxford, dirigida por el profesor Bent Flyvbjerg. En él se analizan tanto el coste como el sobrecoste de todos los Juegos organizados entre 1960 y 2012. Las conclusiones que arroja son dos. La primera es que, de media, han costado un 179% más de lo presupuestado en el inicio. La segunda, que las inversiones económicas durante todo este proceso se orientan hacia instalaciones e infraestructuras relacionadas exclusivamente con los JJOO, por lo que se deja de destinar dinero a partidas relativas a servicios sociales, incluido el deporte de base o polideportivos municipales.
Para evaluar si Holanda y Bélgica debían presentar su candidatura conjunta para el Mundial de fútbol de 2018 el gobierno holandés solicitó un informe a un grupo de economistas independientes. El estudio reveló que los costes mínimos para dicha organización ascendían a 10.000 millones de euros, que no serían superados por los beneficios a no ser que se les atribuyera un valor arbitrario. Entre otros, los costes que se incluyeron en el análisis tenían que ver con lo que cobra la entidad organizadora (en este caso la FIFA), los patrocinadores o los equipos nacionales. También se centraron en lo que debía destinarse a la policía y la seguridad durante el evento, ya que, según explicaron, es una de las partidas más importantes en cualquier acontecimiento deportivo.
Madrid 2020
El gasto para organizar los Juegos Olímpicos se divide en dos: el presupuesto COJO (correspondiente al Comité Organizador de los Juegos Olímpicos) y el no COJO (infraestructuras, instalaciones deportivas y acondicionamiento de la ciudad). Para los Juegos de 2020, el COJO tiene previsto invertir algo más de 2.400 millones de euros, que planea recuperar gracias a los ingresos por venta de entradas y por patrocinios. Una cifra que no tiene en cuenta la inflación prevista para los años sucesivos, que se sitúa en torno al 1,7%. Además, como ya explicó Mario Monti, el COJO obliga a la ciudad anfitriona a garantizar esa cantidad. Es decir que, si por lo que fuera, los beneficios no satisficieran esa cantidad, el Estado, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital española se comprometen a aportar el dinero que falta, a partes iguales, en un plazo máximo de dos años tras la finalización el evento.
El presupuesto no COJO ascendía, en el inicio, a 1.650 millones de euros. Una cifra que, tras la visita del COI, se elevó hasta los 2.500 millones. Es decir que, sin haber empezado a construir, la base de la que se partía ya ha sido incrementada en un 51,5%. Un aumento que puede sumarse, como se indica en el estudio elaborado por la Cátedra Pasqual Maragall D´Economia i Territori titulado Costes y beneficios de unos JJOO: ¿La excepción de Barcelona?, al sobrecoste de las instalaciones ya que “lo inusual de las construcciones no permite prever el gasto económico que supondrá la edificación de sedes deportivas e infraestructuras”.
El periodista Simon Kuper, del Financial Times, ha dedicado varios artículos a analizar la conveniencia de organizar unos Juegos. En ellos, afirma que es un error plantearlos como una inversión porque, a la luz de las investigaciones, cualquier gran acontecimiento deportivo es un acto de consumo. Para explicar por qué, a pesar de saber esto, las ciudades se siguen presentando como posibles sedes, Kuper habla de los grupos de presión. La industria del deporte, las empresas de la construcción y las entidades organizadoras son las únicas obtienen beneficios seguros. Mientras que, como también afirma el estudio de la Cátedra Pasqual Maragall, los costes recaen sobre los contribuyentes ya que se financian por medio de impuestos que “tienden a ser distorsionantes porque la carga impositiva no se ve compensada por ningún estímulo local al crecimiento causado por el propio evento“.
Las autoridades públicas han usado Londres 2012 de manera recurrente como modelo para Madrid 2020. Un informe previo a estos Juegos, elaborado por los expertos de la Oxford Economics y financiado por el Lloyds Bank, hablaba de un legado de hasta 5 millones de libras que la capital inglesa recibirá hasta 2017, un 80% del impacto total que este evento tendrá sobre la economía del país. David Cameron, por su parte, aseguró que reportarían más de 16.200 millones de euros en los cuatro años posteriores a su ejecución.
Sin embargo, durante su organización, el Reino Unido pasó de tener una deuda pública del 52% de su PIB en 2008 al 85% en 2011. Además, según el estudio de la Escuela de Negocios Said, Londres ha hospedado los Juegos más caros desde 1996. El presupuesto inicial para estos Juegos rondaba los 4.000 millones de euros. 11 días antes de que comenzaran, el dinero gastado ascendía a 14.000 millones, aunque según las investigaciones que está llevando a cabo Sky Sports, el coste total puede llegar a alcanzar los 24.000 millones de euros. Los datos confirmados reflejan que Londres 2012 ha dejado un incremento de la deuda británica en torno a los 4.000 millones de euros. Una deuda que, según aseguró el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, supondrá una década de austeridad para el país.
La de la seguridad fue una de las partidas que más desvío presupuestario generó. Al principio se contempló destinar 400 millones de euros, pero antes de los Juegos ya se había elevado a los 700 millones. Tras su finalización, alcanzó los 1.000 millones. El presupuesto elaborado para la candidatura de Madrid 2016 calculaba que serían necesarios 550 millones de euros para cubrir los gastos de seguridad. Para la de Madrid 2020, esta cifra se ha rebajado a 19 millones. En Londres 2012 se utilizaron 42.000 agentes para garantizar la protección de los asistentes al evento. Según el informe entregado al COI, Madrid 2020 tiene previstos 70.000 efectivos.
A priori, parece factible que pueda producirse un sobrecoste derivado de esta partida. Por hacer una estimación, el Gobierno catalán planteó en 2012 a los organizadores de cualquier evento deportivo compartir una parte de ese gasto y propuso que aportaran 30 euros por hora y persona. Se negaron, pero sirve como referencia. Supongamos que cada agente trabaja 12 horas al día. El coste diario de “una parte“ del gasto para 70.000 agentes de seguridad es de 25 millones de euros, y supera los 400 millones durante los 16 días que duran los JJOO.