Puerto Rico contrata ex funcionarios del FMI en busca de una salida
El gobierno de Puerto Rico y los fondos de cobertura que poseen sus bonos están acudiendo a ex empleados del Fondo Monetario Internacional en busca de ayuda para resolver una creciente deuda que podría requerir una reestructuración más parecida a la de Grecia que a la de una ciudad atribulada como Detroit.
La gestión ocurre en momentos en que Puerto Rico se encuentra en negociaciones con los fondos y otros inversionistas para obtener préstamos de hasta unos US$3.000 millones en nuevos bonos para reabastecer sus arcas casi vacías. El estado libre autónomo ya tiene más de US$70.000 millones en deuda, incluyendo la de entidades como la Autoridad de Energía Eléctrica, que se encuentra en negociaciones de reestructuración con acreedores en anticipación a un plazo para extender algunos de sus pagos que vencen el miércoles.
Los avances reflejan el estatus inusual de la isla, que cuenta con una calificación crediticia en territorio chatarra, ya que no es ni un estado de Estados Unidos ni un país soberano, lo que incapacita de permitir que sus organismos municipales accedan a las protecciones de bancarrota de EE.UU.
Puerto Rico ha contratado como consultora a Anne Krueger, la ex subdirectora gerente del FMI, mientras que un comité que representa a los fondos de cobertura se encuentra en conversaciones en torno a un convenio con Claudio Loser, el ex director del departamento del hemisferio occidental del FMI, según personas con conocimiento de la situación.
La participación de veteranos del FMI subraya la manera en que han cambiado las percepciones sobre Puerto Rico, otrora un imán del mercado de bonos municipales de US$3,7 billones. El FMI funciona como un prestamista de último recurso para países de mercados emergentes, algo a lo que algunos inversionistas dicen que Puerto Rico se parece cada vez más.
Peter Hayes, director del grupo de bonos municipales de BlackRock, dice que Puerto Rico ha rebasado la etapa de arreglos sencillos y que para la isla será difícil escaparse de una reestructuración. “El problema es que se les está acabando el tiempo”, dijo.
Un juez federal bloqueó en febrero una ley local que habría creado un proceso de reestructuración para la AEE y otras corporaciones públicas, y un comité de la Cámara de Representantes de EE.UU. aún está considerando un proyecto de ley que autorizaría al estado libre autónomo permitirles a esos organismos acceso a las mismas protecciones del capítulo 9 de la ley federal de quiebras que fueron concedidas a Detroit.
Los inversionistas han enfrentado meses de incertidumbre de Puerto Rico, cuyo gobierno está batallando con una economía débil, una población en declive y un alto desempleo. Muchos inversionistas en EE.UU. poseen sus bonos ya que están exentos de impuestos federales, estatales y locales y a menudo ofrecen mayores rendimientos que otros bonos municipales.
Como estado libre autónomo de EE.UU., la isla no reúne los requisitos para obtener ayuda del FMI, pero el endeudamiento excesivo, la presentación de información financiera incongruente y la baja recaudación de impuestos que colocaron a Puerto Rico en problemas son comunes en los países en desarrollo que los economistas del FMI sirven. Y al igual que muchos de aquellos países, Puerto Rico está batallando con la forma de realizar recortes presupuestarios y aumentos de impuestos políticamente polémicos sin ahogar el ya débil crecimiento económico.
El gobierno de Puerto Rico tiene niveles de deuda relativamente bajos según estándares internacionales y afrontar el déficit es viable, dice Charles Blitzer, un ex subdirector del departamento de mercados monetarios y capitales del FMI y ahora director en Blitzer Consulting.
“Esto es factible sin grandes dolores”, afirmó. “De hecho, los países que se han ajustado se han percatado que las tasas de crecimiento de hecho aumentan. Tengo esperanza de que la contratación de ex empleados del FMI por parte de Puerto Rico manifieste su disposición a ajustar sus problemas presupuestarios de manera creíble y rápida”.
Los fondos de cobertura que poseen un buen porcentaje de los bonos de Puerto Rico están buscando consejos del manual de estrategia del FMI sobre cómo utilizar la promesa nuevos préstamos para persuadir a gobiernos a realizar reformas financieras y, si eso no funciona, cómo negociar con un soberano en default, indicaron personas con conocimiento de la situación.
Antes este año, el grupo de bonistas que incluye a Brigade Capital Management LP, Centerbridge Partners LP, Davidson Kempner Capital Management, Fir Tree Partners y Monarch Alternative Capital envió a las autoridades financieras de la isla una lista de términos para incluir en la próxima venta de bonos. Las cláusulas propuestas buscan impulsar a Puerto Rico a realizar recortes de impuestos y una mejor presentación de datos financieros, y al mismo tiempo colocar a los tenedores de la nueva deuda por encima de otros acreedores en caso de una cesación de pagos, informaron personas al tanto.
Cuando Puerto Rico tomó US$3.500 millones prestados en el mercado de bonos hace un año para abrirse margen financiero, los fondos de cobertura compraron más de la mitad de la emisión. Las firmas compraron el bono por su atractivo rendimiento de 8,7% pero también porque esperaban que una financiación exitosa elevara los precios de otros bonos de la isla que ya poseían.
Desde entonces, Puerto Rico ha batallado para realizar una prometida reforma tributaria y los precios de los bonos han caído. El precio del bono de 2014 alcanzó mínimos históricos por debajo de 80 centavos por dólar el mes pasado después de que tres legisladores propusieron eliminar las protecciones constitucionales de los bonistas.
Melba Acosta, presidenta del Banco Gubernamental de Fomento de la isla, ha dicho que el banco y el gobierno se oponen a tal legislación.
La reforma tributaria también ha recibido una respuesta incómoda, y enfrenta resistencia de muchos segmentos de la economía de la isla y su aprobación se mantiene incierta, según Janney Capital Markets. Acosta dijo combatiría la evasión de impuestos e incluiría exenciones diseñadas a proteger a los trabajadores de bajos ingresos.
Los acreedores de Puerto Rico quieren más que promesas de reforma antes de comprar más bonos. El grupo le ha pedido a Acosta incluir cláusulas que incrementarían la tasa de interés de bonos si el gobierno no logra cumplir con sus objetivos presupuestarios y requeriría informes financieros puntuales y estandarizados, indicaron las personas al tanto.
“Este financiamiento busca de manera explícita llevar a Puerto Rico a la salud económica”, escribió Loser en un email. “El estado libre autónomo debe comprometerse a desarrollar un plan integral que mantenga el equilibrio del presupuesto con informes financieros puntuales y transparentes”. WSJ