Luxemburgo, una de las naciones más acaudaladas del mundo, se volvió blanco de fuertes críticas el jueves luego que documentos filtrados al parecer revelasen la magnitud a que ha atraído a empresas trasnacionales y multimillonarios con ventajosas exenciones de impuestos, privando a otros países de valiosos ingresos fiscales.
El gobierno se defendió diciendo que no había hecho nada ilegal en sus tratos con corporaciones como IKEA y Pepsi. Pero otras naciones europeas, incluyendo la vecina Francia, criticaron las prácticas tributarias del diminuto país, particularmente cuando ellos tienen que imponer recortes de austeridad a sus ciudadanos para lidiar con problemas financieros.
"La `optimización' de impuestos - compañías que encuentran soluciones legales para no pagar impuestos o pagar muy pocos- no es aceptable ya para ningún país", dijo el ministro francés de Finanzas Michel Sapin. "Quiero que en unos pocos años no tengamos que volver a hablar de algo así".
Los otros vecinos de Luxemburgo, Bélgica y Alemania, además de Holanda, criticaron también la práctica, que acaparó la atención el jueves luego que un grupo de reporteros investigadores presentase documentos que presuntamente muestran que numerosas multinacionales han conseguido esos acuerdos ventajosos.
La práctica puede incluir ofrecer bajos impuestos corporativos a compañías que tienen sus sedes europeas en Luxemburgo, una nación de 520.000 habitantes que, a no ser por eso, no tiene una economía grande.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación dijo haber revisado unas 28.000 páginas de documentos confidenciales y que unas 340 firmas podrían estar relacionadas con el trato fiscal especial del país.
Pero Luxemburgo no es el único que busca agresivamente atraer a compañías. Irlanda y la propia Holanda están siendo investigadas por la Unión Europea por sus políticas tributarias. El asunto ha cobrado mayor importancia en momentos en que la crisis financiera ha obligado a los gobiernos del bloque a buscar formas de sanar sus finanzas - y la tolerancia por esas prácticas se ha desvanecido.
El ministro de Finanzas de Luxemburgo, Pierre Gramegna, insistió en que su país no había volado la ley. "Lo que ha sucedido aquí es totalmente legal", dijo.
Añadió que Luxemburgo iba a cooperar con otros para asegurarse de que los estándares de impuestos sean coordinados mejor a nivel global lo más pronto posible. "En cuando las reglas cambien globalmente, es evidente que Luxemburgo las aplicará de inmediato", dijo.
El gobierno se defendió diciendo que no había hecho nada ilegal en sus tratos con corporaciones como IKEA y Pepsi. Pero otras naciones europeas, incluyendo la vecina Francia, criticaron las prácticas tributarias del diminuto país, particularmente cuando ellos tienen que imponer recortes de austeridad a sus ciudadanos para lidiar con problemas financieros.
"La `optimización' de impuestos - compañías que encuentran soluciones legales para no pagar impuestos o pagar muy pocos- no es aceptable ya para ningún país", dijo el ministro francés de Finanzas Michel Sapin. "Quiero que en unos pocos años no tengamos que volver a hablar de algo así".
Los otros vecinos de Luxemburgo, Bélgica y Alemania, además de Holanda, criticaron también la práctica, que acaparó la atención el jueves luego que un grupo de reporteros investigadores presentase documentos que presuntamente muestran que numerosas multinacionales han conseguido esos acuerdos ventajosos.
La práctica puede incluir ofrecer bajos impuestos corporativos a compañías que tienen sus sedes europeas en Luxemburgo, una nación de 520.000 habitantes que, a no ser por eso, no tiene una economía grande.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación dijo haber revisado unas 28.000 páginas de documentos confidenciales y que unas 340 firmas podrían estar relacionadas con el trato fiscal especial del país.
Pero Luxemburgo no es el único que busca agresivamente atraer a compañías. Irlanda y la propia Holanda están siendo investigadas por la Unión Europea por sus políticas tributarias. El asunto ha cobrado mayor importancia en momentos en que la crisis financiera ha obligado a los gobiernos del bloque a buscar formas de sanar sus finanzas - y la tolerancia por esas prácticas se ha desvanecido.
El ministro de Finanzas de Luxemburgo, Pierre Gramegna, insistió en que su país no había volado la ley. "Lo que ha sucedido aquí es totalmente legal", dijo.
Añadió que Luxemburgo iba a cooperar con otros para asegurarse de que los estándares de impuestos sean coordinados mejor a nivel global lo más pronto posible. "En cuando las reglas cambien globalmente, es evidente que Luxemburgo las aplicará de inmediato", dijo.