Los Acuerdos Smithsonianos (Smithsonian Agreements) se refieren a unas medidas acordadas en el G-10 convocado por los Estados Unidos en diciembre de 1971 en las Instituciones Smithsonianas, Washington, con el fin de analizar la situación creada a partir de la decisión del presidente Richard Nixon de retirarle el respaldo en oro al dólar.
Como parte de estas medidas, se fijaba un nuevo precio de 38 dólares para la onza de oro, se establecía nuevas paridades para las principales monedas que incluían una revaluación de 16,9 % del yen japonés, 13,6 % del marco alemán y 8,6 % del franco francés y se obligaba a los bancos centrales de los países participantes a comprar y vender divisas para garantizar que las tasas acordadas no fluctuaran más de 2,25 %.
l Gobierno de los Estados Unidos presentó este convenio como un éxito extraordinario. Se definía como una reorganización del sistema monetario internacional de gran alcance, que daría solución a los problemas creados a partir de la ruptura unilateral del sistema de Bretton Woods por parte de ese país. El presidente Nixon llegó al extremo de calificar este convenio como “el acuerdo monetario más importante en la historia de la humanidad”. Ya para mediados de 1972 Gran Bretaña desistió de sus intervenciones en los mercados de divisas para garantizar la fluctuación de las tasas de cambio de la libra esterlina dentro del rango acordado y permitió que su moneda flotara libremente. A principios de 1973, otros países tomaron una decisión igual. En febrero tuvo lugar una nueva devaluación del dólar con respecto al oro, al fijar el precio de este metal en 42,22 dólares la onza.
Ya en marzo de 1973 todas las monedas de importancia flotaban libremente en el mercado, y los Acuerdos Smithsonianos quedaban definitivamente sepultados. Se entraba en un sistema de tasas de cambio flotantes, que es el que permanece hasta nuestros días.