La amortización es el proceso financiero mediante el cual se distribuye un gasto en el tiempo y si bien a nivel contable en una empresa puede ser muy complicado para la mayoría de los ciudadanos la amortización la relacionamos con la hipoteca.
Cuando hablamos de amortizar la hipoteca nos referimos a devolver anticipadamente al banco parte (o todo) del dinero prestado, esto suele ocurrir cuando hemos ahorrado un poco o hemos recibido un ingreso extra y decidimos utilizarlo para quitarnos deudas.
La amortización puede ser total (nos quitamos toda la hipoteca o préstamo) o parcial cuando nos quitamos solo una parte. En este caso tenemos dos opciones.
- Amortizar cuota. Cuando devolvemos dinero al banco a cambio de que nos reduzcan el importe a pagar cada mes.
- Amortizar plazo. Cuando devolvemos dinero al banco a cambio de que nos reduzcan el número de cuotas pero manteniendo su importe.
Para decantarse por una u otra opción lo mejor es sacar una calculadora y hacer números, aunque generalmente amortizar en plazo suele ser más rentable. Financieramente, con los tipos tan bajos que tienen algunas hipotecas puede ser incluso rentable no amortizar. De nuevo hay que sacar la calculadora, aunque la tranquilidad de no deber dinero también tiene un precio.
¿Conviene amortizar tu hipoteca con el Euribor en negativo?
Por último amortizar no es gratis ya que lleva acarreadas unas comisiones que suelen ser más altas durante los primeros años de la hipoteca. Esto es debido a que al cliente le conviene amortizar durante los primeros años ya que es cuando más intereses está pagando.
Por último, para aquellos con una hipoteca anterior al 2013 la amortización desgrava hasta un 15% de las aportaciones que realices durante todo el año hasta un máximo de 9.040 euros y eso es algo a tener muy en cuenta ya que supone un gran ahorro fiscal.
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