Es la modalidad de banca comercial que se lleva a cabo a través de los medios tecnológicos y utilizando a las redes como canalizador de su oferta. Para que los clientes puedan operar desde sistemas más tradicionales (ordenador personal) a toda clase de dispositivo tecnológico (móviles, tabletas, etc.). Uno de los efectos de este sistema bancario es que permite a los usuarios suscribir los productos o realizar sus gestiones muy rápidamente, en tiempo real. A cualquier hora del día, incluso durante los fines de semana.
Otra de las consecuencias que hq generado la llegada de la banca por Internet ha sido un abaratamiento en los costes. Debido al ahorro en oficinas y personal que experimentan las entidades y que al final repercute favorablemente en el propio cliente. Además, algunos productos suscritos a través de este canal se comercializan con unas mejores condiciones en su contratación. Como por ejemplo, con intereses más altos o exención de comisiones, como sucede en el caso de las imposiciones a plazo fijo, cuentas corrientes o pagarés bancarios.
Esta forma de negocio en la banca implica por otra parte que el usuario no tenga que desplazarse hasta las oficinas. Contando con los más avanzados sistemas de protección con la finalidad de que las operaciones queden registradas con total confidencialidad y seguridad. Entre los movimientos que se pueden llevar a cabo, destacan todo tipo de transferencias, consulta y compraventa de valores o solicitar un préstamo online sin papeleos. Desde casa o en cualquier otro lugar, como el trabajo o en las vacaciones.
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