Los bonos corporativos son títulos de deuda que una empresa emite y vende a los inversores. Estos bonos suelen estar respaldados por la capacidad de la empresa para devolver el préstamo y la previsión de este dinero ayude a la empresa a generar beneficios.
En algunos bonos corporativos, los activos físicos de una empresa pueden ofrecerse como garantía de los bonos para aliviar la presión de los inversores y cualquier preocupación sobre el reembolso. Los bonos corporativos también se conocen como financiación de la deuda. Estos bonos proporcionan una importante fuente de capital para un gran número de empresas.
Otras fuentes de capital para las empresas son las líneas de crédito, los préstamos bancarios y las emisiones de capital como las acciones.
Para que la emisión de los bonos sea atractiva para los inversores, la empresa tendrá que proporcionar una serie de informes de ganancias consistentes y mostrar un potencial de ganancias considerable.
Por regla general, cuanto mejor se considere la calidad crediticia de una empresa, más fácil será para ella ofrecer deuda a tipos más bajos y emitir mayores cantidades de dicha deuda.
Algunos bonos corporativos incluyen lo que se conoce como una cláusula de rescate. Estas disposiciones permiten a la empresa que los emite retirar los bonos antes de tiempo si los tipos de interés cambian de forma significativa. Cada cláusula de rescate será específica para el bono en cuestión.
Este tipos de bonos corporativos se consideran de mayor riesgo que los bonos emitidos por el gobierno (a excepción de grandes empresas con mucha reputación como puede ser Nestlé). Debido a este riesgo adicional percibido, los tipos de interés casi siempre resultan ser más altos con los bonos corporativos.
En cuanto a las cuestiones fiscales de los bonos corporativos, son bastante sencillas. La mayoría de los bonos corporativos resultan estar sujetos a impuestos, suponiendo que sus plazos sean superiores a un solo año. Para evitar los impuestos hasta el final, algunos bonos vienen con cupones cero y valores de reembolso que son altos, lo que significa que los impuestos se aplazan como ganancias de capital hasta el final del plazo del bono.
Estas deudas corporativas que vencen en menos de un año se denominan generalmente papel comercial. Los bonos corporativos suelen cotizar en las principales bolsas pero su negociación no se realiza mayoritariamente en ellas. En su lugar, la gran mayoría de las operaciones con estos bonos se llevan a cabo en los mercados extrabursátiles y en los mercados basados en distribuidores.
Entre los distintos tipos de bonos corporativos están la deuda garantizada, la deuda no garantizada, la deuda senior y la deuda subordinada. Las deudas garantizadas tienen activos subyacentes. Las deudas preferentes son las que más derechos tienen sobre los activos de la empresa si ésta no cumple con sus obligaciones. Cuanto más alto esté el bono de un inversor en la estructura de capital de la empresa, mayor será su reclamación en un escenario tan desafortunado como el impago o la quiebra.
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