El ciclo económico se refiere a los cambios en la actividad económica que experimentan las economías de todo el mundo en un marco temporal determinado. Estos ciclos se enmarcan generalmente bajo los conceptos de recesión o expansión. Cuando una economía está en expansión, está creciendo en términos reales, es decir, más rápido que la inflación. Esto se demuestra con indicadores económicos como la producción industrial, los niveles de renta personal, los niveles de empleo y las ventas de bienes de consumo.
Por el contrario, en tiempos de recesión económica, la economía se contrae. Los economistas miden esto con los mismos indicadores económicos que con la expansión. En las expansiones, los analistas miden el periodo que va desde el fondo, llamado valle, del ciclo económico anterior hasta el punto álgido (o pico) del ciclo actual. Con las recesiones, en cambio, las miden desde el pico hasta el valle.
La duración media de los ciclos económicos ha sido de aproximadamente 69 meses. Esto significa que suelen durar algo menos de seis años. Mientras tanto, la expansión media en ese periodo de tiempo ha durado 58,4 meses. En el mismo periodo de tiempo, la duración media de la contracción ha sido de apenas 11,1 meses. Esto es una buena noticia, ya que las recesiones o contracciones suelen ser dolorosas y a veces profundas, y acarrean desempleo y dificultades financieras a millones de personas.
El ciclo económico también es útil para el posicionamiento de las inversiones. Los inversores personales pueden utilizarlo eficazmente para asignar y posicionar sus diversas inversiones y fondos. Un ejemplo ayuda a aclarar esta idea. Cuando se produce una expansión en los primeros meses y años, los mejores valores cíclicos de distintos sectores, como la tecnología y las materias primas, suelen superar a los demás sectores. En los periodos de recesión, es más eficaz posicionarse en sectores defensivos. Entre ellos se encuentran los productos básicos de consumo, la sanidad y los servicios públicos. Estos segmentos suelen tener un rendimiento superior al de sus compañeros, ya que poseen una rentabilidad de dividendos alta y fiable y flujos de caja fiables.
Los economistas consideran que la expansión lo normal en las economías americanas y occidentales. Las recesiones suelen ser mucho más cortas y también menos frecuentes. Mucha gente se ha preguntado por qué deben producirse las recesiones. No existe un consenso general. Sin embargo, lo habitual es que un patrón definitivo y destructivo de especulación que se deja llevar se revele en las etapas finales de la expansión anterior. Este es el caso de muchos ciclos económicos diferentes.
Como ejemplo, en la recesión de 2001 el ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, se refirió como “exuberancia irracional” que la precedió. En esta época, las diversas acciones tecnológicas y especialmente las “puntocom” pasaron del auge a la quiebra en cuestión de meses. Del mismo modo, la recesión de 2007 a 2009 se produjo tras una época en la que la actividad inmobiliaria, principalmente en la vivienda, había experimentado su mayor especulación en la historia de Estados Unidos. Desde el comienzo de la década de 1990, la duración media de las expansiones ha aumentado considerablemente.
En los tres últimos ciclos económicos que abarcaron desde julio de 1990 hasta junio de 2009, la expansión media duró 95 meses, casi ocho años. Al mismo tiempo, la recesión típica duró unos 11 meses. Algunos economistas excesivamente optimistas creyeron que esto significaba de alguna manera que los ciclos económicos habían terminado.
Esta esperanza se desvaneció cuando los mercados financieros, los bancos y las economías mundiales se fundieron en una espectacular caída libre de 2007 a 2009. Durante esta terrible época de la economía mundial, la mayoría de los mercados bursátiles de todo el mundo sufrieron descensos que superaban incluso el 50% en sólo 18 meses. Esto supuso la contracción más grave a nivel mundial desde la Gran Depresión de los años 30.