Los sucesos de cisne negro (Black Swan), que reciben el nombre de un ave poco común, son aleatorios, impredecibles y ocurren con muy poca frecuencia, aunque hoy en día son mucho más frecuentes que en el pasado.
Los devastadores acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, la extrema destrucción del huracán Katrina o la pandemia del coronavirus, son tres ejemplos de acontecimientos de cisne negro que tuvieron un enorme impacto en el mercado de valores.
El término fue popularizado por Nassim Nicholas Taleb, profesor de finanzas, escritor y antiguo operador de Wall Street. Taleb escribió sobre la idea de un cisne negro en un libro de 2007, antes de los acontecimientos de la crisis financiera de 2008. Taleb sostenía que, dado que los eventos de cisne negro son imposibles de predecir debido a su extrema rareza, pero tienen consecuencias catastróficas, es importante que la gente asuma siempre que un evento de cisne negro es una posibilidad, sea cual sea, y trate de planificar en consecuencia. Algunos creen que la diversificación puede ofrecer cierta protección cuando se produce un cisne negro.
Más tarde, Taleb utilizó la crisis financiera de 2008 y la idea de los cisnes negros para argumentar que si se permite que un sistema roto fracase, en realidad lo fortalece contra la catástrofe de futuros cisnes negros. También argumentó que, a la inversa, un sistema apuntalado y aislado del riesgo acaba siendo más vulnerable a las pérdidas catastróficas ante acontecimientos raros e imprevisibles.
En el caso de los sucesos extremadamente raros, Taleb argumenta que las herramientas estándar de probabilidad y predicción, como la distribución normal, no son aplicables, ya que dependen de grandes tamaños de población y de muestras pasadas que nunca están disponibles para los sucesos raros por definición. Extrapolar, utilizar estadísticas basadas en observaciones de eventos pasados no es útil para predecir cisnes negros, e incluso podría hacernos más vulnerables a ellos.
El último aspecto clave de un cisne negro es que, al tratarse de un acontecimiento históricamente importante, los observadores se afanan en explicarlo a posteriori y en especular sobre cómo podría haberse predicho. Sin embargo, esta especulación retrospectiva no ayuda a predecir futuros cisnes negros, ya que éstos pueden ser cualquier cosa, desde una crisis crediticia hasta una guerra.
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