Estamos ante un corretaje de creación reciente y que es muy novedoso por sus características tan especiales. Se aplica solamente a algunos fondos de inversión y nunca a otros productos financieros o a la compra y venta de acciones en los mercados bursátiles. Esta comisión tan especial se emplea solo para los formatos que van a mantener una cierta rentabilidad anual, normalmente con márgenes a partir del 8 % y que representa toda una garantía en el éxito en la elección. Independientemente de que pueda haber otras comisiones en la gestión del producto. Pero su abono será indicativo de que la operación ha sido rentable al cerrar las posiciones.
Mientras que por otra parte, este es un porcentaje que va destinado habitualmente a los fondos de inversión procedentes de la renta variable. Son los más susceptibles de impulsar grandes plusvalías o minusvalías durante todo un ejercicio. La implantación de esta comisión tiene como objetivo ofrecer mayor confianza a los suscriptores sobre los resultados que van a generar estos productos.
Su porcentaje irá en función de los criterios de la propia gestora del fondo. Pero oscilan entre el 1 % y 3 % sobre el capital invertido, teniendo en cuenta que la rentabilidad en el producto contratado se produce al finiquitar las posiciones. Porque en el caso contrario – mantener una participación con saldo negativo – anularía directamente el pago de esta comisión. Es una de las estrategias que emplean las gestoras para la comercialización de sus fondos de inversión. Como novedad respecto a los demás porcentajes que se derivan de su contratación.
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