A diferencia de la compra y venta de acciones en la bolsa, los fondos de inversión, en cualquiera de sus formatos pueden incorporar varias comisiones. Las más habituales son las que se refieren a su gestión y depósito. Son aquellas que se aplican sobre la administración de este producto financiero y son deducidas inmediatamente del valor de liquidación del fondo. Se conforma como un porcentaje en función del rendimiento del mismo, aunque habitualmente oscilan entre el 0,5 % y 2 %. En todos los casos, los partícipes deberán asumir su coste.
No son tan comunes otras comisiones como la de suscripción y reembolso ya que suelen aplicarse en los fondos de inversión basados en renta variable y modelos alternativos. Se aplican en el momento de formalizar la toma de posiciones o cada vez que se lleve a cabo una recuperación parcial del capital invertido, respectivamente. Tiene un límite máximo del 5 % conforme al reglamento de estos productos. En cualquiera de los casos, es menos habitual que el usuario se encuentre con este nuevo gasto en buena parte de los fondos, en especial en los de renta fija.
También cabe la posibilidad de que se cobre otra comisión por el mero hecho de cambiar la inversión de un departamento a otro, dentro del mismo fondo. Mientras como novedad, ha emergido en los últimos años la denominada de éxito que es la más cara de toda. Pero tan solo se aplica si el producto ha conseguido una rentabilidad determinada.
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